El Hombre Sin Cabeza y La Quiebra del Amigo
En una hermosa quebrada, rodeada de cerros verdes y flores brillantes, vivía un hombre sin cabeza. Pero no era un hombre cualquiera, pues su nombre era Tobi y tenía un corazón enorme. Tobi no andaba triste por su apariencia; en cambio, estaba siempre ocupándose de ayudar a los demás y a cuidar la naturaleza que tanto adoraba.
Un día, mientras recolectaba flores, se encontró con un grupo de animales que parecían preocupados. Había un zorro, una tortuga y un pájaro que no paraban de moverse de un lado a otro.
"¿Qué les pasa, amigos?" - preguntó Tobi, moviendo las manos de un lado a otro, pues no tenía cabeza, pero su energía llenaba el aire.
"¡Tobi!" - dijo el zorro, con un tono de angustia "Un fuerte viento ha arrastrado nuestras casas de hojas y ramas. No sabemos dónde ir..."
"No se preocupen, juntos podemos encontrar una solución" - respondió Tobi con firmeza.
Así que los cuatro amigos decidieron trabajar en equipo para construir un nuevo hogar para todos los animales de la quebrada. Empacaron sus herramientas, juntaron hojas, palos, y comenzaron a construir.
Mientras tanto, una nube oscura apareció en el cielo y comenzó a llover. Los animales temieron que su esfuerzo se desmoronara junto con la lluvia.
"¡Oh no!" - gritó la tortuga "La lluvia va a destruir lo que construimos."
"No desespere, amiga," - dijo Tobi, "Si mantenemos la calma y nos ayudamos mutuamente, podremos proteger nuestras casas."
Con la ayuda del zorro que era astuto, decidieron construir techos de hojas más resistentes y, cuando la lluvia cesó, todos aplaudieron con alegría por la nueva casa que habían creado. Estaba hecha de amor y colaboración, y todos estaban felices.
Poco después, Tobi se dio cuenta de que, aunque no tenía una cabeza, su habilidad para unir a los demás era única. Al mirar alrededor, vio a sus amigos sonriendo y sintió una gran calidez en su corazón.
A partir de ese día, Tobi se convirtió en el héroe de la quebrada. Los animales aprendieron que la verdadera fuerza viene del trabajo en equipo y de unir sus talentos.
"Tobi, gracias por ser nuestro amigo y siempre ayudar" - dijo el pájaro mientras volaba alrededor de él.
"Lo hago porque los quiero, y juntos podemos superar cualquier obstáculo" - respondió Tobi, a lo que todos asintieron emocionados.
Así, el hombre sin cabeza se convirtió en el símbolo de la unión y la amistad en la quebrada, demostrando que lo que realmente importa no es verse bien por fuera, sino tener un gran corazón y estar dispuesto a ayudar a los demás. Y en cada anochecer, mientras los animales se reunían, Tobi contaba historias de sus aventuras, llenando la quebrada de risas y alegría.
Y así, la quebrada se llenó de luces y esperanza, todo gracias a un hombre sin cabeza que, con su gran corazón, había unido a los más pequeños y había creado el hogar más cálido que jamás habían tenido.
FIN.