El Hombre y el Barco
Había una vez en un pueblo costero, un hombre llamado Mateo que era un excelente nadador. Un día, mientras nadaba en el mar, se dio cuenta de que un barco gigante lo estaba persiguiendo. Mateo se asustó, pero recordó lo que su abuela le había enseñado: 'Cuando tengas miedo, nena, nada más rápido y con valentía'. Con esas palabras en mente, Mateo decidió nadar más rápido que nunca.
El barco lo seguía de cerca, con sus enormes olas que hacían que Mateo se esforzara al máximo. Sin embargo, el hombre era valiente y determinado. Nadó con toda su fuerza, con cada brazada y patada impulsándolo hacia adelante. El barco parecía no poder alcanzarlo, y Mateo estaba emocionado de estar superando ese desafío.
Finalmente, después de mucho esfuerzo, el hombre logró llegar a la orilla sano y salvo. Se dio cuenta de que el barco en realidad no lo perseguía, sino que estaba en camino hacia el puerto. El capitán del barco se acercó a Mateo y le explicó que habían visto que estaba en apuros y querían asegurarse de que estuviera bien. Mateo se sintió aliviado y agradecido por la preocupación del capitán.
Desde ese día, Mateo decidió enseñar a los niños del pueblo sobre la importancia de enfrentar los desafíos con valentía y determinación. Les contaba la historia de cómo nadó más rápido para escapar del 'barco persecutor', pero descubrió que el barco en realidad solo quería ayudarlo. Los niños aprendieron la lección de no juzgar rápidamente una situación sin entenderla por completo.
Y así, Mateo se convirtió en un héroe para los niños del pueblo, enseñándoles importantes lecciones de valentía, comprensión y superación personal.
FIN.