El Hornero y el Nido en el Monte
En un hermoso monte lleno de árboles y flores, vivía un hornero llamado Hugo. Hugo era un pájaro muy trabajador y siempre estaba ocupado construyendo su nido con ramitas y barro.
Un día, mientras recogía materiales, sintió una brisa suave.
"¿Qué lindo día para trabajar!", dijo feliz en su canto. Pero de repente, un viento más fuerte comenzó a soplar.
Hugo se aferró a una rama, mientras algunas de sus ramitas caían al suelo.
"¡Ay! No puedo dejar que el viento destruya lo que tanto he trabajado. ¡Debo hacer mi nido más fuerte!".
Hugo fue a buscar más barro y empezó a reforzar su nido, cuando de pronto, se encontró con una serpiente que se deslizó junto a él.
"Hola, pajarito. ¿Por qué tan preocupado?", preguntó la serpiente.
Hugo, aunque un poco asustado, respondió:
"Hola, soy Hugo. Estoy construyendo mi nido, pero el viento lo está destruyendo y no sé qué hacer".
La serpiente se sonrió,
"¿Sabés? Muchas veces creemos que el viento es nuestro enemigo, pero también puede ser un gran aliado. Si aprendés a trabajar con el viento, tu nido será más resistente".
Hugo se quedó pensando. No había considerado que el viento podría ser útil.
"¿Cómo puedo hacer eso?" preguntó intrigado.
La serpiente se acomodó cómodamente en una piedra y dijo:
"Podés construir tu nido con un diseño aerodinámico. Si lo haces de manera que el viento lo atraviese, no lo va a derribar. Te voy a ayudar".
Con la ayuda de la sabia serpiente, Hugo comenzó a desarmar su nido y lo construyó de nuevo, creando un diseño especial que el viento podría atravesar sin deshacerlo.
Después de varias horas de trabajo, el nido estaba completo.
"¡Lo logré!", exclamó Hugo lleno de alegría.
"Ahora, con tu nuevo nido, podrás disfrutar del monte sin miedo al viento. Y siempre recordá que, aunque a veces parece que los obstáculos son enemigos, pueden enseñarnos a ser mejores", agregó la serpiente.
De repente, el viento arremetió con más fuerza, pero el nuevo nido de Hugo permaneció firme.
"¡Mirá! ¡No se mueve!", gritó emocionado el hornero.
"Sí! Ahora, no solo estás a salvo, sino que además has aprendido a adaptarte y a ser creativo ante las dificultades", respondió la serpiente, satisfecha por el éxito de su amigo.
Desde ese día, Hugo no solo se volvió un hornero conocido por sus hermosos nidos, sino también por su creatividad y su valentía. Aprendió que siempre se puede encontrar una solución si se trabaja en equipo y se escucha a los demás.
Y así, el hornero y la serpiente se hicieron buenos amigos, compartiendo muchas más aventuras en el monte. Nunca olvidaron que siempre habrá obstáculos en la vida, pero con ingenio y colaboración, todo se puede superar. La lección de aquel viento que parecía amenazador se convirtió en una hermosa historia de amistad y superación.
El hornero siguió haciendo más nidos, pero ahora también ayudaba a otros pájaros a enfrentar sus propios desafíos. Gracias a la serpiente, entendió que cada problema puede convertirse en una oportunidad para aprender y crecer.
*Y así, el monte se llenó de historias de aves valientes, que danzaban con el viento y construían sus sueños, volando alto y felices.*
FIN.