El Hospital Encantado



Había una vez dos amigas llamadas Hannah y Violeta que vivían en un pequeño pueblo. Eran inseparables y siempre estaban buscando nuevas aventuras para vivir juntas.

Un día, mientras exploraban el pueblo, escucharon un rumor sobre un hospital abandonado en las afueras. La curiosidad las invadió de inmediato y decidieron ir a investigar. Llegaron al hospital cuando ya estaba oscureciendo. El lugar lucía tenebroso con sus ventanas rotas y puertas oxidadas.

Aunque dudaron por un momento, su valentía les dio fuerzas para entrar. Dentro del hospital, todo era sombrío y silencioso. Las chicas se adentraron lentamente en los pasillos oscuros, sintiendo cómo la adrenalina recorría sus cuerpos.

De repente, oyeron unos ruidos extraños provenientes de una sala cercana. Intrigadas pero asustadas, Hannah y Violeta se acercaron sigilosamente a la puerta entreabierta de la sala. Allí encontraron a un grupo de niños jugando entre ellos con tristeza en sus ojos.

- ¿Qué están haciendo aquí? - preguntó Hannah con voz temblorosa. - Estamos atrapados aquí desde hace mucho tiempo - respondió uno de los niños.

- Este hospital solía ser nuestro hogar antes de ser abandonado - agregó otro niño con lágrimas en los ojos. Las amigas se miraron preocupadas y decidieron ayudar a esos niños a encontrar una salida del hospital maldito. Juntos exploraron cada rincón del lugar hasta que finalmente encontraron una puerta trasera que llevaba al exterior.

Pero antes de que pudieran escapar, un extraño hombre apareció frente a ellas. Era el espíritu del antiguo director del hospital y no estaba dispuesto a dejarlas ir. - No pueden salir de aquí - dijo con una voz escalofriante.

- ¡Dejen en paz a estos niños! - exclamó Violeta valientemente. Las amigas se armaron de valor y lucharon contra el espíritu maligno. Con cada golpe, su fuerza aumentaba y finalmente lograron derrotarlo.

El espíritu desapareció en una nube de humo negro y las niñas quedaron exhaustas pero aliviadas. Una vez fuera del hospital, los niños les dieron las gracias por salvarlos. Hannah y Violeta entendieron que debían ayudar a otros también y prometieron hacerlo siempre que pudieran.

Desde ese día, las amigas se convirtieron en heroínas locales, rescatando a personas necesitadas y enfrentando sus miedos juntas. Aprendieron la importancia de la amistad, el coraje y la solidaridad.

Y así fue como Hannah y Violeta pasaron de tener la peor noche de sus vidas en ese hospital abandonado, a convertirse en dos chicas valientes que hacían del mundo un lugar mejor para todos.

FIN.

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