El huerto de la paciencia



Juan se encontraba sentado en la mesa, mirando fijamente su plato vacío. No sabía qué hacer con el resto del día.

Su mamá, al notar su expresión de aburrimiento, le sugirió: "Juanito, ¿por qué no sales a jugar un rato afuera? El día está hermoso". Juan levantó la mirada y pensó que era una buena idea. Sin perder tiempo, se puso sus zapatillas y salió corriendo al jardín.

Allí se encontró con su vecina Laura, quien estaba regando las plantas. - ¡Hola Juan! ¿Quieres ayudarme a regar las flores? - preguntó Laura con una sonrisa. - ¡Sí! ¡Me encantaría ayudarte! - respondió emocionado Juan. Ambos pasaron la mañana regando las plantas y charlando animadamente.

Juan descubrió que disfrutaba mucho estar al aire libre y cuidar la naturaleza. Cuando terminaron, Laura le mostró un pequeño huerto que tenía en su patio trasero. - Mira Juan, aquí cultivo tomates, zanahorias y lechugas.

Es muy divertido ver cómo crecen las plantas y luego poder comer lo que uno mismo ha cultivado - explicó Laura entusiasmada. Juan quedó maravillado con la idea y decidió que también quería tener su propio huerto.

Esa tarde, junto a su mamá, fue a comprar semillas y herramientas para empezar su proyecto. Los días siguientes estuvieron llenos de actividad para Juan. Todos los mañanas se levantaba temprano para regar sus plantitas y observar cómo crecían poco a poco.

Aprendió sobre la importancia del cuidado de las plantas, la paciencia necesaria para ver los resultados y el valor de disfrutar de las cosas simples de la vida.

Un mes después, el pequeño huerto de Juan estaba floreciendo con hermosas verduras listas para ser cosechadas. Invitó a Laura a verlo y juntos recolectaron los frutos de tanto esfuerzo. - ¡Estoy tan orgulloso de ti Juanito! Has hecho un trabajo increíble - expresó Laura mientras sostenía una zanahoria recién cosechada.

- Gracias Laura, sin tu ayuda no habría sido posible. Ahora sé que nunca más me volveré a aburrir en mis vacaciones - respondió feliz Juan.

Desde ese día en adelante, Juan siguió cultivando su huerto con amor y dedicación. Cada vez que miraba sus plantitas recordaba aquella mañana aburrida que cambió por completo gracias al poder de la naturaleza y la amistad.

FIN.

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