El Huevito Peludo y el Lagarto Amistoso



En un pequeño gallinero en el campo argentino, vivía una gallina llamada Carmela. Un día, Carmela encontró un extraño huevo animal entre los demás huevos en el nido.

Todos los animales del corral se burlaban del extraño huevo, diciendo que era feo y diferente. Pero Carmela, con su gran corazón, decidió empollarlo y cuidarlo como si fuera su propio hijo.

Pasaron los días, y finalmente, el huevo se rompió, revelando no a un pollito, sino a un pequeño lagarto con ojos curiosos. Carmela, sorprendida, no sabía qué hacer, pero vio la ternura en los ojos del pequeño lagarto y decidió amarlo como si fuera su propio hijo.

Los otros animales se alarmaron al ver al lagarto y se burlaron de él, pero Carmela los reprendió con firmeza, recordándoles que la amistad y el amor no conocen diferencias ni prejuicios.

"No importa cómo sea nuestro amigo, lo importante es el amor que nos brinda", dijo Carmela, mientras el lagarto la abrazaba con cariño. Con el paso del tiempo, el lagarto, al que Carmela llamó Lucas, demostró ser leal, cariñoso y valiente.

Ayudaba a cuidar el gallinero, protegía a las gallinas de los depredadores y siempre estaba dispuesto a jugar y alegrar el día de todos. Los animales del corral, viendo la amistad especial entre Carmela y Lucas, comprendieron que la verdadera belleza está en el interior y que la amistad no entiende de apariencias.

A partir de ese día, el corral se llenó de amor y aceptación. Y así, el huevito animal que nadie quería se convirtió en el mejor amigo de todos, enseñándoles que la amistad va más allá de las diferencias.

Y Carmela, la valiente gallina, demostró que el amor y la amistad no conocen límites ni prejuicios.

FIN.

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