El increíble auto de Antonio



Había una vez en Lomas de Zamora, un niño llamado Antonio que tenía 4 años y siempre iba al jardín de infantes de la mano de su mamá.

Cada mañana, mientras caminaban por las calles del barrio, Antonio observaba con curiosidad la gran cantidad de basura que los vecinos tiraban en la vereda. Un día, mientras recogían a paso lento el camino hacia el jardín, Antonio vio un montón de cartones y botellas abandonados en la esquina.

Su imaginación empezó a volar y se le ocurrió una idea maravillosa: ¿por qué no construir un juguete utilizando esa basura? Sin decir una palabra a su mamá, Antonio agarró algunos cartones y botellas que encontró en el suelo y se puso manos a la obra.

Con mucha dedicación y entusiasmo, comenzó a cortar, pegar y armar lo que parecía ser un auto hecho completamente con materiales reciclados. La mamá de Antonio lo observaba sorprendida desde lejos mientras él trabajaba concentrado en su creación.

Cuando finalmente terminó, levantó sus brazos con orgullo mostrando el auto reciclado que había construido. Era increíble ver cómo algo tan simple podía convertirse en algo tan maravilloso. - ¡Mamá! ¡Mira lo que hice! - exclamó Antonio emocionado.

Su mamá se acercó con una sonrisa en el rostro y admiró el ingenioso juguete que su hijo había creado. Estaba impresionada por la creatividad y habilidad manual de Antonio.

- ¡Es increíble, mi amor! Has hecho un trabajo fantástico - dijo su mamá orgullosa. Esa misma tarde, cuando llegaron al jardín de infantes, Antonio llevaba consigo su auto reciclado para mostrarle a sus amigos.

Todos quedaron asombrados por la originalidad del juguete y quisieron saber cómo lo había hecho. Antonio les explicó entusiasmado todo el proceso de creación e incluso les enseñó cómo podían hacer sus propios juguetes reciclados.

Desde ese día, todos los niños del jardín empezaron a recolectar materiales reciclables para construir divertidos juguetes como aviones, robots e incluso casitas hechas con cartón. Antonio se convirtió en un pequeño líder inspirador para sus amigos, demostrándoles que con creatividad e ingenio se pueden transformar cosas simples en algo extraordinario.

Y así, gracias a la iniciativa de un niño curioso llamado Antonio, aquel rincón de Lomas de Zamora se llenó no solo de basura desechada sino también de coloridos juguetes hechos con amor y conciencia ambiental.

FIN.

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