El increíble lazo entre Juan y su perro
Juan y su perro, Panchito, eran inseparables. Donde fuera que Juan iba, Panchito lo seguía. Jugaban juntos, dormían juntos y compartían todos los momentos del día. Pero cuando llegaba la hora de ir a la escuela, Panchito se ponía triste.
- 'No te preocupes, Panchito, volveré pronto', le decía Juan antes de salir. Pero Panchito lo miraba con ojos entristecidos y no dejaba de mover la cola, como si intentara convencer a Juan de que se quedara.
Un día, Juan encontró a un grupo de niños en el parque que estaban enseñando trucos a sus perros. Le fascinó la idea y decidió hacer lo mismo con Panchito. Pasó muchas horas enseñándole trucos, como sentarse, dar la pata y jugar a buscar. Panchito parecía feliz de poder aprender cosas nuevas y pasar tiempo con Juan, aunque fuera sin salir de casa.
Cuando llegó el momento de regresar a la escuela, Juan susurró a Panchito: 'Esta vez te quedas ocupado practicando tus trucos, ¿vale?' Panchito movió la cola emocionado. Durante las horas en que Juan estaba fuera, Panchito se entretenía practicando sus trucos. Y cuando Juan llegaba a casa, lo recibía mostrándole todas las nuevas habilidades que había aprendido.
Panchito ya no estaba triste cuando Juan se iba a la escuela, ya que tenía una nueva motivación y se sentía útil al aprender y practicar sus trucos. Juan también estaba feliz al ver a su amigo perruno distraído y contento. Desde entonces, la tristeza de Panchito desapareció y su lazo con Juan se volvió aún más fuerte gracias al tiempo que pasaban juntos, compartiendo nuevas experiencias y aprendiendo el uno del otro.
FIN.