El increíble paseo de la familia al encuentro de la abuela Tere



Había una vez una familia muy unida que vivía en un barrio tranquilo. Un día, luego de terminar de comer, decidieron ir a visitar a la abuela Tere, quien vivía a pocas cuadras de su casa.

—¡Vamos a ver a la abuela Tere! —exclamó emocionado el papá. —¡Sí, vamos! —dijo la mamá, mientras ayudaba a los niños a prepararse para el paseo.

Los niños, ansiosos por ver a su querida abuela, se pusieron sus zapatillas y agarraron algunos juguetes para llevar. La familia salió de casa y comenzaron a caminar por las coloridas calles de su barrio. En el camino, se encontraron con vecinos que los saludaban amigablemente y todos conversaban animadamente.

Los pájaros cantaban, y el sol brillaba en el cielo, creando un ambiente alegre y acogedor. —¿Qué creen que le gustaría a la abuela que le llevemos de regalo? —preguntó la mamá. —¡Yo sé! ¡Le encantan las flores! Podemos buscar algunas en el camino —respondió emocionado el niño.

La mamá sonrió y todos estuvieron de acuerdo. Así que, mientras caminaban, los niños buscaban y recogían flores silvestres para la abuela. De repente, escucharon un ruido y vieron que una perrita estaba perdida.

—¿Qué hacemos, mamá? ¡Pobrecita, no tiene collar ni chapita! —dijo la niña preocupada. La mamá, con ternura, les explicó que debían llevarla a un veterinario para ver si tenía dueño. Y así lo hicieron.

Llegaron a la clínica, donde descubrieron que la perrita sí tenía dueño y pudieron contactarlo para que la buscara. Después de esa pequeña aventura, continuaron su camino hacia la casa de la abuela Tere. Finalmente, llegaron a su destino y la abuela los recibió con los brazos abiertos y una sonrisa enorme.

Los niños le entregaron las flores y le contaron la historia de la perrita perdida.

Tras una tarde llena de amor y risas, la familia emprendió el regreso a casa, felices por haber tenido un día tan especial y por haber colaborado con la perrita perdida. Desde ese día, la familia supo que, a pesar de los imprevistos, siempre hay oportunidades para hacer el bien y disfrutar juntos de los pequeños grandes momentos de la vida.

FIN.

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