El increíble robot limpiador


Martín y Laura eran dos hermanos muy perezosos. Siempre encontraban excusas para no limpiar su habitación, y sus padres estaban cansados de pedirles que lo hicieran.

Un día, mientras miraban televisión, vieron un anuncio emocionante: "¡Presentamos el nuevo Robot Limpiador 3000! Capaz de limpiar cualquier desorden en cuestión de minutos!". Martín y Laura se miraron con asombro y decidieron que tenían que conseguir uno.

Convencieron a sus padres para que les compraran el robot, prometiendo que lo usarían siempre para mantener su habitación ordenada. El robot llegó en una caja enorme y brillante, con luces parpadeantes y un diseño futurista.

Martín y Laura lo encendieron y vieron con sorpresa cómo comenzaba a moverse ágilmente, recogiendo juguetes, ropa sucia y polvo por todas partes. Estaban fascinados. -¡Esto es genial! ¡Nunca más tendremos que preocuparnos por la limpieza! -exclamó Laura emocionada. Los días pasaron y el robot limpiador se convirtió en parte de la familia, ahorrándoles tiempo y esfuerzo.

Sin embargo, un día, mientras el robot realizaba sus labores de limpieza, se tropezó con un cable suelto y se cayó al suelo, rompiendo una de sus ruedas. Martín y Laura estaban desesperados. Pensaron que su fiel compañero no podría volver a funcionar.

Pero en lugar de rendirse, decidieron ayudar al robot limpiador. Buscaron herramientas, investigaron en internet y, con paciencia y trabajo en equipo, lograron repararlo.

El robot limpiador volvió a la vida y, esta vez, tenía algo nuevo: una luz parpadeante en señal de agradecimiento. Carlos y Laura aprendieron una valiosa lección: la importancia de cuidar a los demás, incluso a las máquinas, y que el trabajo en equipo podía lograr cosas maravillosas.

Desde entonces, mantuvieron una estrecha amistad con su increíble robot limpiador, y juntos, formaron un equipo imparable para mantener su hogar limpio y ordenado.

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