El increíble viaje de Mateo y su perro Max



Mateo era un niño curioso y aventurero que vivía en una pequeña casa en las afueras de un pintoresco pueblo en la montaña. A su lado, siempre estaba su fiel compañero, el perro Max, un travieso pero leal golden retriever.

Un día, Mateo y Max decidieron emprender un emocionante viaje por la montaña. Ambos estaban emocionados por la aventura, pero el hambre comenzó a acecharlos. - ¡Max, tengo mucha hambre! - exclamó Mateo con una mueca de preocupación.

- Tranquilo, Mateo, encontraremos una solución. Sigamos adelante - respondió Max con entusiasmo. Decidieron continuar su travesía en busca de alimento. Después de caminar un buen trecho, divisaron un huerto. No había nadie alrededor, así que decidieron acercarse con cuidado.

- Max, ¿crees que podamos tomar unas frutas del huerto? - preguntó Mateo, mirando con anhelo las jugosas manzanas. - No, Mateo. Eso sería robar. Pero podemos pedir permiso al dueño del huerto.

Juntos, Mateo y Max fueron a buscar al dueño del huerto. El amable anciano les concedió permiso para tomar algunas frutas a cambio de que Mateo le ayudara a regar las plantas. Agradecidos, Mateo y Max se dispusieron a cumplir con su parte del trato.

Mientras Mateo ayudaba al anciano, Max se dedicó a vigilar que ningún animalito perturbara el huerto. Al finalizar, el anciano les regaló no solo frutas frescas, sino también una cesta llena de vegetales.

Mateo y Max se despidieron agradecidos y continuaron su viaje con el corazón lleno de alegría. A lo largo del camino, compartieron su comida con otros animales que encontraron y fueron recompensados con la amistad y la compañía de los nuevos amigos que conocieron en su travesía.

Finalmente, Mateo y Max regresaron a su hogar en la montaña, felices y satisfechos con su aventura llena de aprendizajes y solidaridad.

FIN.

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