El increíble viaje numérico



El número uno, ahora separado de sus compañeros, se sentía triste y solitario. No sabía por dónde empezar a buscar a los demás números del cien. Decidió preguntarle a su amigo el número dos si tenía alguna idea.

- ¡Hola, número dos! -saludó el uno con entusiasmo-. Estoy buscando al resto de mis compañeros del cien.

¿Sabes dónde puedo encontrarlos? El número dos pensó por un momento y luego respondió:- Bueno, creo que podrías comenzar por visitar al número veinte en la casa de las decenas. Tal vez él pueda darte alguna pista. El uno siguió el consejo del dos y se dirigió rápidamente hacia la casa de las decenas.

Allí encontró al veinte, quien estaba ocupado organizando una fiesta con otros números. - ¡Hola, veinte! -exclamó el uno emocionado-. Soy el número uno y estoy buscando a mis compañeros del cien.

¿Sabes dónde puedo encontrarlos? El veinte sonrió y respondió:- Claro que sí, uno. Los últimos números están jugando escondidas en los campos matemáticos cercanos. Deberías ir allí para encontrarlos. Agradecido por la ayuda del veinte, el uno partió hacia los campos matemáticos.

Allí encontró a los números treinta, cuarenta y cincuenta jugando juntos. - ¡Amigos! -llamó emocionado el uno-. Soy el número que falta del cien y estoy aquí para reunirnos nuevamente. Los tres números se sorprendieron al escuchar esto e inmediatamente se acercaron al uno.

- ¡Qué alegría verte, uno! -exclamaron los números treinta, cuarenta y cincuenta al unísono-. Nos faltabas mucho. Hace tiempo que el cien no está completo.

El número uno se sintió feliz de haberlos encontrado y les explicó la situación con su enfermedad. Les contó sobre la recomendación del doctor de comerse a todos los números juntos para recuperarse por completo. Los demás números estaban asombrados pero decidieron ayudar a su amigo.

Juntos regresaron a la casa del cien y organizaron una gran fiesta para celebrar su reunión. Prepararon una mesa llena de comida y bebida para compartir entre todos.

Mientras comían, el número uno les agradeció por estar allí y les dijo:- Amigos, hoy hemos aprendido una gran lección: somos más fuertes cuando estamos juntos. Cada uno de nosotros tiene un valor único, pero cuando nos reunimos como equipo, podemos lograr cosas increíbles.

Los demás números asintieron con entusiasmo mientras disfrutaban de la comida en compañía del uno. A partir de ese día, prometieron nunca separarse nuevamente y siempre trabajar en equipo para resolver problemas matemáticos difíciles.

Y así fue como el número cien se recuperó gracias a la ayuda y solidaridad de sus compañeros números. Desde aquel día, todos los números entendieron la importancia de estar unidos y trabajaron juntos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Y colorín colorado, esta historia ha terminado...

¡pero recuerda siempre ser parte del equipo!

FIN.

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