El Internado de Matilda


Matilda era una niña muy inquieta y curiosa. Siempre estaba buscando nuevas aventuras y escapándose de casa para explorar el mundo que la rodeaba.

Sus padres, preocupados por su seguridad, intentaban mantenerla cerca, pero Matilda siempre encontraba la manera de escaparse. Un día, mientras sus padres estaban ocupados con sus quehaceres diarios, Matilda aprovechó un descuido y se escabulló nuevamente.

Esta vez decidió ir más lejos que nunca y se adentró en el bosque cercano a su casa. Mientras caminaba entre los árboles, escuchó risas y voces provenientes de una dirección desconocida. Intrigada, siguió las voces hasta llegar a un internado escondido entre los árboles.

Sin pensarlo dos veces, Matilda entró al edificio y se encontró con un grupo de niños jugando en el patio. Parecían tan felices y divertidos que Matilda sintió una mezcla de emoción y tristeza al darse cuenta de que ella no tenía amigos con quienes jugar.

La directora del internado notó la presencia de Matilda e inmediatamente fue a hablar con ella. Después de escuchar su historia sobre cómo siempre se escapaba de casa en busca de aventuras, la directora decidió darle una oportunidad especial a Matilda.

"-Matilda, sé que eres muy valiente e intrépida", dijo la directora mientras acariciaba su cabello rizado. "Aquí en el internado encontrarás muchas cosas emocionantes para explorar y aprender". Matilda miró a la directora con curiosidad e interés.

Nunca había estado en un internado antes y la idea de vivir en un lugar lleno de niños como ella le parecía emocionante.

Después de hablar con sus padres, quienes a pesar de extrañarla mucho, creyeron que era una buena oportunidad para que Matilda aprendiera a controlar su afán por escaparse, Matilda comenzó su nueva vida en el internado. Durante los siguientes tres años, Matilda se convirtió en una estudiante ejemplar. Aprendió matemáticas, ciencias y literatura.

Descubrió su pasión por la pintura y la música, y participaba activamente en las actividades extracurriculares del internado. A pesar de estar rodeada de amigos y tener muchas experiencias emocionantes, Matilda siempre extrañaba a su familia.

Pasaban largos meses sin verse debido a lo lejos que estaba el internado. Pero cada vez que sentía nostalgia, recordaba las palabras alentadoras de la directora: "Tu familia siempre estará contigo en tu corazón".

Un día soleado, mientras Matilda estaba jugando con sus amigos en el patio del internado, vio una figura familiar acercándose hacia ella. ¡Era su mamá! Los ojos de Matilda se llenaron de lágrimas mientras abrazaba a su madre con fuerza. "-¡Mamá! ¡Papá! ¡Los extrañé tanto!", exclamó Matilda entre sollozos.

Sus padres también lloraban lágrimas de felicidad al ver a su hija después de tanto tiempo. "-Matilda", dijo su papá mientras secaba sus lágrimas. "Estamos orgullosos del camino que has recorrido aquí en el internado.

Has crecido mucho y te has convertido en una niña valiente y talentosa". Matilda sonrió mientras abrazaba a sus padres. Aunque extrañaba su vida aventurera, ahora entendía que tenía un hogar donde siempre sería amada y apoyada.

Desde ese día, Matilda siguió disfrutando de las emociones del internado, pero siempre valoró el amor y la compañía de su familia. Aprendió a equilibrar su deseo de explorar con el cariño que recibía en casa.

Y así, Matilda demostró al mundo que incluso las almas más inquietas pueden encontrar su lugar especial donde quiera que estén.

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