El inventor de los sueños
Era un día soleado en el tren Junior Express, Topa y sus amigos estaban listos para comenzar su aventura diaria. Pero de repente, se escuchó un ruido extraño y el aire acondicionado dejó de funcionar.
"¡Oh no! ¡Hace mucho calor!" - dijo Topa mientras se frotaba la frente con una toalla. Los niños miraron alrededor buscando ayuda cuando vieron a un hombre extraño caminando hacia ellos.
Tenía cabello largo y desordenado, gafas gruesas y una bata llena de manchas. "Hola chicos, ¿qué les pasa?" - preguntó el hombre con voz suave pero extraña. "Señor, nuestro aire acondicionado está roto" - explicó Topa. El hombre sonrió y sacó algunas herramientas de su bolsillo.
Comenzó a trabajar en silencio mientras los niños lo observaban con curiosidad. El hombre parecía saber exactamente lo que estaba haciendo. Después de unos minutos, el hombre terminó de arreglar el aire acondicionado y se acercó a los niños.
"Listo chicos, ya pueden disfrutar del viaje sin problemas" - dijo el hombre mientras les guiñaba un ojo. Pero los niños aún tenían miedo del extraño hombre.
Entonces Topa decidió hacerle algunas preguntas para conocerlo mejor:"Señor, ¿por qué tiene tantas herramientas? ¿Es usted mecánico?"El hombre sonrió nuevamente:"No soy mecánico, soy inventor".
Y comenzó a contarles sobre todas las cosas interesantes que había creado: robots gigantes que podían limpiar la ciudad, máquinas que podían hacer que las plantas crecieran más rápido y cohetes que podían llevar a los humanos a la luna. Los niños se sorprendieron y quedaron fascinados con sus historias. De repente, el hombre extraño no parecía tan raro después de todo.
"Señor, eres muy inteligente", dijo Topa mientras le extendía la mano para saludarlo. "Gracias chicos", respondió el hombre mientras les sonreía amablemente. "Recuerden siempre seguir sus sueños y nunca tener miedo de ser diferentes".
Con estas palabras, el hombre desapareció en un instante dejando a los niños asombrados. A partir de ese día, los niños aprendieron una gran lección: nunca juzgar a alguien por su apariencia y siempre estar abiertos a conocer nuevas personas e ideas.
Desde entonces, cada vez que algo se rompía en el tren Junior Express, Topa y sus amigos esperaban ansiosamente la llegada del extraño inventor para escuchar sobre sus últimas invenciones.
Y aunque todavía era un poco raro, ya no les daba miedo sino inspiración.
FIN.