El jardín de Adolfina



Había una vez una niña llamada Adolfina que vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y flores silvestres. Ella era una niña muy curiosa, siempre queriendo explorar el mundo a su alrededor y descubrir cosas nuevas.

Un día, mientras caminaba por el campo, Adolfina vio un hermoso jardín lleno de flores de colores brillantes. Se acercó para mirar más de cerca y se encontró con la dueña del jardín, una anciana amable llamada Doña Rosa.

"¡Hola! ¿Qué haces aquí?" preguntó Doña Rosa. "Estoy admirando tus hermosas flores", respondió Adolfina con entusiasmo. Doña Rosa sonrió y le dijo: "Me encanta cuando los niños aprecian la belleza de la naturaleza.

¿Te gustaría ayudarme a cuidar las plantas?"Adolfina no podía estar más emocionada. Así comenzó su aventura en el jardín de Doña Rosa.

Cada día después de la escuela, Adolfina iba directamente al jardín para ayudar a regar las plantas, quitar las malas hierbas y asegurarse de que cada flor recibiera suficiente luz solar. Con el tiempo, se convirtió en todo un experta en cuidado del jardín. Sin embargo, un día Adolfina llegó al jardín para encontrarlo completamente devastado.

Las flores habían sido arrancadas y pisoteadas por alguien desconocido. Ella estaba destrozada por lo que vio pero decidió buscar pistas sobre quién podría haber hecho algo así.

Después de investigar durante horas, finalmente encontró al culpable: un pequeño niño que vivía en el pueblo. Adolfina se acercó a él y le preguntó por qué había dañado las flores. "No sé, solo estaba aburrido", respondió el niño con una encogida de hombros.

Adolfina sabía que debía hacer algo para ayudar al niño a comprender la importancia de cuidar la naturaleza. Así que lo invitó a trabajar con ella en el jardín de Doña Rosa.

Al principio, el niño no estaba muy interesado, pero después de un tiempo comenzó a disfrutar del trabajo duro y ver cómo las plantas volvían a crecer gracias a su esfuerzo conjunto. Finalmente, llegó el día en que Doña Rosa tuvo una gran sorpresa para ellos.

Los llevó detrás del jardín donde había plantado un árbol joven y les dijo: "Este árbol simboliza nuestra amistad y todo lo que hemos aprendido juntos sobre cuidar la naturaleza".

Adolfina sonrió mientras miraba alrededor del jardín, viendo todas las hermosas flores y plantas saludables gracias al esfuerzo conjunto de ella misma y del pequeño chico. Esta experiencia enseñó a Adolfina una valiosa lección sobre la importancia del trabajo en equipo, así como también sobre cómo cuidar nuestro entorno natural.

Desde ese día en adelante, ella siempre recordaría su tiempo en el jardín como uno de los momentos más especiales e importantes de su vida.

FIN.

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