El jardín de amistad


Uma y Noa eran dos niñas muy diferentes, pero a la vez mejores amigas. Uma era una niña extrovertida y siempre estaba llena de energía, mientras que Noa era más introvertida y le gustaba pasar tiempo leyendo libros.

Un día, mientras caminaban juntas hacia la escuela, Uma le dijo emocionada a Noa: "¡Hoy vamos a tener una clase de ciencias! Mi materia favorita". Noa sonrió y respondió: "A mí también me gusta mucho la ciencia.

Me encanta aprender sobre el mundo que nos rodea". Cuando llegaron a la escuela, se encontraron con su maestra, la señorita Ana. Ella les explicó que ese día iban a hacer un experimento especial en clase.

"Hoy vamos a aprender sobre las plantas", dijo la señorita Ana. "Cada uno de ustedes va a recibir una semilla para cuidar durante todo el año escolar". Uma y Noa estaban emocionadas por este proyecto.

Cada una recibió su semilla y prometieron cuidarla con mucho amor. Con el paso del tiempo, Uma regaba su planta todos los días y le hablaba cariñosamente. Estaba tan entusiasmada por ver cómo crecía cada vez más grande.

Por otro lado, Noa investigaba en los libros cómo cuidar adecuadamente su planta. Aprendió acerca de los nutrientes que necesitaba y cómo proporcionárselos. Pero un día triste llegó cuando Uma se dio cuenta de que su planta no estaba creciendo tanto como las demás.

Se sentía frustrada e incluso pensó en abandonarla. Noa notó lo triste que estaba Uma y se acercó a ella para consolarla. "Uma, no te preocupes", le dijo Noa. "Tal vez tu planta necesite algo más que agua y sol".

Uma miró a su amiga con tristeza y preguntó: "¿Qué puedo hacer?"Noa sonrió y respondió: "Creo que necesitamos investigar más sobre las necesidades específicas de tu planta. Tal vez requiera un tipo diferente de tierra o más nutrientes".

Las dos amigas comenzaron a investigar juntas en los libros de la biblioteca escolar. Descubrieron que la planta de Uma era especial y requería un suelo rico en minerales.

Con esta nueva información, Uma compró el tipo correcto de tierra para su planta y comenzó a agregarle los nutrientes adecuados. Día tras día, Uma cuidaba amorosamente su planta, siguiendo las instrucciones que había aprendido junto a Noa.

Al final del año escolar, todas las plantas estaban floreciendo hermosamente, incluida la de Uma. Era una flor grande y colorida que destacaba entre las demás. La señorita Ana felicitó a todos los estudiantes por el éxito de sus plantas.

Pero hizo especial mención a Uma por haber superado los obstáculos y haber logrado que su planta creciera tan bella. Uma estaba orgullosa de sí misma, pero también muy agradecida con Noa por estar siempre allí para ayudarla.

Desde ese día, Uma aprendió la importancia de no rendirse cuando las cosas se ponen difíciles. Aprendió que siempre hay una solución si estás dispuesto a buscarla y pedir ayuda cuando lo necesitas. Y así, Uma y Noa continuaron siendo mejores amigas, compartiendo aventuras y aprendizajes juntas.

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