El Jardín de la Amistad

En un barrio tranquilo, un grupo de niños se reunió con una idea emocionante: crear un jardín comunitario para embellecer su entorno. Decidieron que cada niño plantaría una semilla que representaría su amistad con los demás.

Así, juntos, cavarían, sembrarían y cuidarían el jardín. Con gran entusiasmo, cada niño plantó su semilla con la esperanza de verla convertirse en una hermosa planta.

Pasaron los días y las plantas comenzaron a asomar, al igual que las relaciones entre los amigos, que florecían con cada pequeño brote. Compartían risas, secretos, y aprendían a cuidar juntos el jardín. Sin embargo, un desafío se presentó cuando una sequía amenazaba con marchitar las plantas.

Los niños se sintieron tristes al ver que sus esfuerzos podrían desvanecerse. Pero no se rindieron, se unieron más que nunca para buscar soluciones. Decidieron recolectar agua de lluvia y regar las plantas juntos, sabiendo que trabajar en equipo era la mejor manera de superar el obstáculo.

Con el tiempo, el jardín revivió, más fuerte que nunca, al igual que la amistad entre los niños. Aprendieron que trabajar juntos y apoyarse mutuamente era fundamental para superar cualquier desafío.

El jardín se convirtió en un símbolo de su amistad duradera, y juntos disfrutaron de la belleza que habían creado.