El Jardín de la Amistad



Había una vez un niño llamado Fernando, que vivía en un barrio lleno de colores, pero siempre se sentía solo. Cada tarde, después de la escuela, se sentaba en su jardín, rodeado de flores que él mismo había sembrado, pero no tenía con quién jugar.

Un día, mientras Fernando arreglaba su jardín, dos nuevas vecinas llegaron a la casa de al lado. Se llamaban Kenia y Gaby. Eran chicas alegres y curiosas.

"¡Hola!" - saludó Kenia, mirando hacia el jardín de Fernando.

"¿Ese es tu jardín? Es hermoso. ¿Podemos jugar contigo?" - agregó Gaby, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

Fernando, sorprendido y un poco tímido, respondió:

"Eh... sí, claro, si quieren..."

Desde ese día, los tres se volvieron inseparables. Jugaron juntos al aire libre, crearon historias fantásticas y se ayudaron mutuamente en la escuela. Kenia era muy buena para dibujar, mientras que Gaby amaba cantar.

Un día, mientras jugaban en el jardín, Fernando tuvo una idea.

"¿Por qué no hacemos un concurso de talentos?"

"¡Qué genial!" - exclamó Gaby. "Podemos demostrar lo que mejor sabemos hacer."

"Sí, pero... no tengo un talento especial como ustedes" - se preocupó Fernando.

Kenia, viendo la tristeza en su rostro, le dijo:

"Fernando, tu talento está en cuidarnos. Tu jardín es mágico, y nosotros adoramos jugar en él. ¡Tú eres el corazón de este lugar!"

Eso hizo que Fernando se sintiera mejor, así que decidió participar. Junto a sus amigas, prepararon un gran espectáculo. Fernando se encargó de decorar el jardín con luces y flores, Gaby se preparó para cantar, y Kenia dibujó carteles que anunciaban el concurso.

El día del concurso, muchos vecinos llegaron para ver el espectáculo. Cada uno mostró su talento: Gaby cantó una hermosa canción, Kenia compartió sus dibujos, y Fernando, aunque inseguro, presentó el jardín decorado.

Cuando llegó su turno, Fernando se sintió nervioso, pero vio a Kenia y Gaby sonriendo desde la primera fila.

"¡Bienvenidos al concurso de talentos! Soy Fernando, y quiero compartir lo especial que es este jardín para mí y para mis amigos."

El público aplaudió, y él comenzó a hablar sobre cómo había aprendido a cuidar de las flores y cómo le había traído alegría tener a sus amigas a su lado.

"La verdadera magia no está solo en las flores, sino en los amigos con los que compartimos nuestros días."

Al finalizar su discurso, todos aplaudieron con fuerza. Kenia y Gaby se abrazaron a Fernando.

"¡Eres increíble!" - exclamó Kenia.

"¡Sí! La amistad siempre es el mejor talento!" - añadió Gaby.

Tras el concurso, el trío decidió que harían más eventos en su jardín. No solo jugarían, sino que también invitarían a otros niños del barrio para compartir diversión y risas.

Con el tiempo, Fernando dejó de sentirse solo porque comprendió que la amistad tiene un poder mágico que llena los corazones. Cada risa, cada juego y cada momento compartido se volvieron parte de su jardín, floreciendo junto a las plantas que tanto cuidaba.

Y así, en un rincón de aquel colorido barrio, Fernando, Kenia y Gaby vivieron grandes aventuras juntos, aprendiendo que la amistad es el regalo más hermoso que se puede tener, y que siempre se puede hacer espacio para nuevos amigos en el corazón.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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