El Jardín de la Amistad
En una pequeña escuela en un barrio lleno de colores, cuatro amigos inseparables: Mía, Anjesianet, Chris y Kennyel, pasaban sus días explorando el mundo de la amistad y la amabilidad. Cada uno tenía su personalidad única que iluminaba la vida del otro.
Un día soleado, mientras jugaban en el patio, Mía se dio cuenta de que Kennyel se veía un poco triste.
"¿Kennyel, estás bien?" - preguntó Mía con preocupación.
"Sí, solo estoy pensando en que hoy tengo un examen y estoy un poco nervioso" - respondió Kennyel, bajando la mirada.
"No te preocupes, estoy segura de que lo harás genial. Además, siempre estamos aquí para apoyarte" - dijo Anjesianet, sonriendo y dando un abrazo a Kennyel.
"Sí, y si necesitas ayuda, podemos estudiar juntos esta tarde" - agregó Chris, entusiasmado.
Kennyel sonrió, y aunque todavía tenía un nudo en el estómago por el examen, se sintió un poco mejor sabiendo que tenía amigos que lo apoyaban.
Esa tarde, los cuatro amigos se reunieron en el jardín de la escuela. En medio de risas y bocadillos, comenzaron a repasar las lecciones. Al principio, Kennyel se sentía un poco inseguro, pero poco a poco se fue relajando. Mía, con su gran corazón, se aseguró de que todos tuvieran la oportunidad de hablar.
"¿Y si creamos una canción que nos ayude a recordar las cosas para el examen?" - sugirió Chris.
"¡Eso sería genial!" - dijo Anjesianet. "Podríamos hacer una melodía con lo que tenemos que estudiar."
Entonces, juntos empezaron a inventar una canción divertida sobre las materias que debían aprender. Entre risas y un poco de baile, terminaron por crear la letra más original del mundo.
Al día siguiente, llegó el momento del examen. Kennyel estaba nervioso, pero recordó la canción y cómo sus amigos lo habían apoyado.
Cuando terminó la prueba, sintió un gran alivio y salió del aula sintiéndose mucho mejor. Los otros tres amigos lo esperaban con una gran sonrisa.
"¡Lo hiciste increíble, Kennyel!" - exclamó Mía, saltando de alegría.
"Gracias a ustedes me sentí más confiado" - respondió Kennyel, sonriendo con gratitud.
Poco después, los amigos decidieron hacer algo especial para aquellos que no se sentían tan bien como Kennyel.
"Deberíamos organizar un día de amabilidad en la escuela" - sugirió Anjesianet. "Podemos escribir mensajes positivos y hacer tarjetas para todos."
"¡Sí! A todos les vendría bien un poco de amabilidad", agregó Chris con entusiasmo.
Así que, con papel de colores y muchos rotuladores, los amigos se pusieron a trabajar. Crearon tarjetas llenas de frases alentadoras y dibujitos siempre sonrientes. El día llegó, y cuando repartieron los mensajes, se notó el impacto. Sonrisas comenzaron a aparecer en todos los rincones.
Sawyer, un chico de la clase de al lado que a menudo se sentía solo, se acercó a ellos.
"Me encantó recibir tu tarjeta, me hizo sentir muy bien" - dijo Sawyer, con una sonrisa tímida.
"¡Nos alegra que te haya gustado! Recordá que siempre podés acercarte a nosotros" - contestó Mía, dándole un abrazo.
La idea de los cuatro amigos se fue extendiendo por toda la escuela. Pronto, todos estaban haciendo actos de amabilidad, y el ambiente se volvía cada vez más cálido y amigable.
Para el final del mes, la escuela había cambiado por completo. Todos incluían a los demás, se apoyaban mutuamente y la amabilidad se convirtió en la norma.
Los cuatro amigos realizaron una gran actuación en el patio, donde mencionaron lo importante que es cuidarse y apoyarse entre todos. La canción que habían creado se volvió famosa en toda la escuela.
Y así, a través de la amabilidad y el apoyo, Mía, Anjesianet, Chris y Kennyel aprendieron que todos podemos hacer la diferencia, no solo en la vida de un amigo, sino en la de todos a nuestro alrededor. Y juntos, crearon un hermoso jardín de amistad que floreció como nunca antes.
Cada vez que veían a un compañero triste, sabían que un pequeño gesto podría hacer la diferencia. Los días de amabilidad se convirtieron en una tradición que continuaron por el resto del año escolar.
Y así, en su colorido jardín de amistad, los cuatro amigos comprendieron que juntos eran más fuertes y que el apoyo y la amabilidad siempre dan sus frutos.
FIN.