El Jardín de la Amistad
En un pequeño barrio de Buenos Aires, dos niños de diez años, Tomás y Sofía, vivían en casas vecinas. Aunque se veían todos los días, nunca jugaron juntos porque siempre parecían tener diferentes opiniones.
Un día, Tomás decidió que quería construir un pequeño jardín en el patio de su casa. Reclutó a su amigo Julián para ayudarle, pero le gustaría tener las flores más coloridas del barrio.
"Julián, deberíamos conseguir semillas de flores que solo existen en la parte de atrás de la plaza, ¡serían espectaculares!" - sugirió Tomás con entusiasmo. "Pero eso es donde Sofía juega todos los días," - respondió Julián con dudas. Tomás frunció el ceño.
La idea de pedirle ayuda a Sofía nunca le había cruzado por la cabeza. Por otro lado, en la casa de enfrente, Sofía se sentaba en su terraza y miraba el jardín de su madre, que estaba lleno de plantas hermosas y colores vibrantes.
"Me encantaría hacer un jardín como ese, pero necesito ayuda. Tal vez debería pedirle a Tomás… aunque siempre me dice que no!" Sofía se sintió un poco triste y decidió salir a explorar el barrido detrás de su casa.
Caminó hasta la plaza, donde encontró a Julián y Tomás discutiendo. "No voy a compartir mis semillas con ella. ¡Quién sabe qué hará!" - dijo Tomás. "Pero quizás podría ayudar, Tomás.
Tal vez si le preguntamos, podríamos tener un jardín todavía más hermoso" - replicó Julián. Sofía, escuchando la conversación, se sintió frustrada. "¿Qué están haciendo ustedes dos?" - preguntó mientras se acercaba. "Nada, sólo planeando un jardín" - contestó Tomás con un tono desinteresado.
Sofía, por un instante sintió que debía devolverles la jugada. "Sin mí nunca podrá ser tan bello como lo podría hacer yo,
FIN.