El jardín de la amistad


Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Margarita. Margarita vivía feliz entre las flores y los árboles, pero siempre deseaba tener amigos con quienes compartir su alegría.

Un día, mientras volaba por el jardín, Margarita vio a un grupo de pájaros cantando y jugando en un árbol cercano.

Se acercó emocionada y les dijo: "¡Hola! Soy Margarita, ¿puedo ser su amiga?"Los pájaros se miraron unos a otros y luego uno de ellos respondió: "Lo siento, pequeña mariposa, pero los pájaros solo somos amigos entre nosotros". Margarita se sintió triste al escuchar eso. Sin embargo, decidió no rendirse tan fácilmente y buscar más oportunidades para hacer amigos.

Caminando por el jardín, Margarita encontró a Rosa, una flor muy bonita. "Hola Rosa", saludó la mariposa. "¿Quieres ser mi amiga?"Rosa sonrió dulcemente y respondió: "Claro que sí, Margarita. Seremos grandes amigas".

Desde ese momento comenzaron a pasar mucho tiempo juntas compartiendo risas y secretos. Un día soleado, mientras paseaban por el jardín riendo sin parar, vieron a Roberto el árbol triste y solitario. Decidieron acercarse para preguntarle qué le pasaba.

"Mis hojas están marchitas y me siento solo", dijo Roberto con voz apagada. Rosa le dio un abrazo reconfortante mientras Margarita pensaba en cómo ayudarlo. Entonces tuvo una idea brillante.

"Roberto, ¿qué tal si te convertimos en el árbol más hermoso del jardín?"Roberto levantó la mirada sorprendido y preguntó cómo podrían lograrlo. Margarita le explicó que podía ayudarlo llevando polen de las flores a sus ramas y hojas. Rosa también le ofreció su ayuda regándolo con cariño todos los días.

Así comenzaron a trabajar juntos para hacer de Roberto el árbol más hermoso del jardín. Margarita volaba de flor en flor, reagarrando polen y esparciéndolo por todo el árbol mientras Rosa lo regaba con amor. Poco a poco, Roberto empezó a llenarse de vida nuevamente.

Sus hojas se volvieron verdes y saludables, y sus ramas se llenaron de flores coloridas. Cuando los demás pájaros vieron la transformación del árbol, quedaron asombrados.

Se acercaron a Margarita y le dijeron: "¡Eres increíble! ¿Podemos ser tus amigos?"Margarita sonrió felizmente y les respondió: "Por supuesto que sí". Desde ese día, Margarita tuvo muchos amigos en el jardín.

Los pájaros cantaban junto a ella, las flores bailaban alrededor suyo y Roberto siempre estaba allí para brindarles sombra y protección. La historia de Margarita nos enseña que no debemos rendirnos fácilmente cuando buscamos amistad.

A veces hay personas o situaciones que nos rechazan inicialmente, pero si seguimos siendo amables e intentamos ayudarlos de alguna forma, podemos hacer la diferencia y ganarnos su amistad. El jardín se convirtió en un lugar lleno de alegría y compañerismo gracias a Margarita, quien nunca dejó de creer en su capacidad para hacer amigos.

Y así, todos vivieron felices rodeados de amor y amistad.

Dirección del Cuentito copiada!