El jardín de la calma de Mateo



Había una vez en un pequeño pueblo a la orilla del mar, un niño llamado Mateo que tenía el peor carácter de todos.

Siempre estaba gruñendo, se enojaba por cualquier cosa y no tenía amigos porque siempre los alejaba con sus malos modales. Un día, cansados de su actitud, los vecinos decidieron hacerle una visita al anciano del pueblo, Don Manuel, conocido por su sabiduría y paciencia.

Le contaron sobre el comportamiento de Mateo y le pidieron consejo para ayudarlo a cambiar. Don Manuel los escuchó atentamente y les dijo: "Traigan a Mateo a mi casa mañana al amanecer". Al día siguiente, los vecinos llevaron a Mateo hasta la casa del anciano.

Don Manuel lo recibió con una sonrisa y le dijo: "Mateo, he oído que tienes un carácter muy fuerte, pero también sé que dentro tuyo hay bondad.

Te propongo un desafío: durante una semana, cada vez que sientas ganas de enojarte o gritar, plantarás una semilla en este jardín". Mateo aceptó el desafío sin mucha convicción. Los días pasaron y cada vez que sentía rabia o frustración, iba al jardín del anciano y plantaba una semilla.

Al principio lo hacía de mala gana, pero con el tiempo empezó a sentir paz cada vez que veía crecer las plantitas. Una semana después, Mateo regresó junto a Don Manuel para contarle sobre su experiencia.

El anciano lo escuchó atentamente y luego lo llevó al jardín. Lo que vio Mateo lo dejó sin palabras: donde antes había tierra vacía ahora había flores de colores brillantes y hermosos árboles frutales. Don Manuel le dijo: "Cada semilla representa tu ira y tu mal humor.

Al plantarlas en este jardín has aprendido a transformar esas emociones negativas en algo hermoso y positivo". Desde ese día, Mateo cambió por completo.

Ya no era el niño gruñón de antes; se había convertido en alguien amable, comprensivo y paciente. Los vecinos notaron el cambio y pronto se acercaron a él para ser sus amigos.

Y así fue como Mateo aprendió la valiosa lección de controlar su temperamento y transformar su carácter gracias al poder de la paciencia y la bondad.

FIN.

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