El Jardín de la Compartida



En el Jardín Niño Feliz, todos los días eran una aventura. Los niños corrían por el patio, jugaban en los columpios, se deslizaban por el tobogán y construían castillos en la arena. Pero un día, algo extraordinario sucedió: los padres de los niños decidieron organizar un día especial en el jardín, donde todos los padres y niños compartirían sus juguetes. Al principio, algunos niños se mostraron reacios a compartir sus juguetes favoritos, pero los padres los alentaron a participar en esta emocionante actividad.

"¡Hoy todos vamos a compartir nuestros juguetes con nuestros amigos!" anunciaron los padres con entusiasmo.

Los niños se miraron entre ellos, un poco sorprendidos por la idea. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de lo emocionante que sería mostrar sus juguetes a sus amigos y poder jugar con los juguetes de los demás.

A medida que los padres y los niños traían sus juguetes, el jardín se llenaba de risas y alegría. Los niños intercambiaban muñecas, autitos, pelotas y juegos de mesa, experimentando la emoción de jugar con juguetes nuevos. Algunos de ellos descubrieron que les gustaban juguetes que nunca habían probado antes, mientras que otros se emocionaron al compartir sus juguetes especiales con sus amigos.

"¡Mira, mi amigo Pablo me prestó su autito de carreras!" exclamó Martín con una gran sonrisa.

"¡Y yo estoy jugando con la pelota de fútbol de Sofía!" agregó Valentina emocionada.

Los padres observaban con alegría cómo sus hijos disfrutaban de esta experiencia de compartir. De repente, en un rincón del jardín, un niño llamado Lucas notó que su amigo Juan no tenía ningún juguete con el cual jugar.

"¿Por qué no tienes ningún juguete, Juan?" preguntó Lucas preocupado.

"No tengo muchos juguetes en casa, solo algunos bloques de construcción." respondió Juan avergonzado.

Lucas, con una mirada solidaria, decidió compartir uno de sus juguetes favoritos con Juan. La sonrisa que iluminó el rostro de Juan fue la mejor recompensa para Lucas.

Al final del día, los padres y los niños se reunieron para charlar sobre lo divertido que fue compartir sus juguetes. Los niños aprendieron la importancia de la generosidad y la solidaridad, y los padres disfrutaron viendo a sus hijos cooperar y disfrutar juntos. Desde ese día, el Jardín Niño Feliz se convirtió en un lugar donde la compartida y la amistad eran celebradas todos los días.

FIN.

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