El Jardín de la Empatía



Era un soleado día en el Jardín de la Alegría, donde un grupo de amigos del preescolar se encontraba jugando en el patio. Entre risas y gritos de felicidad, estaban Lila, Tomás, Sofía, y Benja. Un hermoso día para aprender algo nuevo.

- ¡Mirá, Benja! -gritó Lila mientras señalaba un columpio vacío- ¡Yo quiero jugar ahí!

- No ahora, Lila -dijo Tomás mientras empujaba a Sofía en otro columpio- Sofía y yo estamos en medio de nuestra competencia de columpios. ¡Yo puedo volar más alto!

- ¡Yo también quiero! -se quejó Benja, que envidiaba la atención de sus amigos.

Justo en ese momento, una nueva niña llegó al jardín. Se llamaba Clara y, aunque era muy simpática, estaba un poco nerviosa y se sentía sola. Observó a los niños jugar desde un rincón.

- ¿Y si la invitamos a jugar? -sugirió Sofía.

- No, no, es nuestra competencia. -respondió Tomás, sin prestarle atención.

Lila miró a Clara y sintió su tristeza.

- ¡Esperen! -dijo Lila, acercándose a Clara- Hola, soy Lila. ¿Querés jugar con nosotros?

- Hum... No sé, no soy buena para jugar al columpio. -respondió Clara, mirando al suelo.

- Pero podrías intentar. ¡Es divertido! -la animó Lila.

Clara sonrió tímidamente mientras se acercaba. Sin embargo, Tomás se cruzó de brazos.

- Si Clara viene, se van a arruinar mis columpios -protestó.

Lila miró a su amigo, percibiendo una actitud poco amable. Pero en lugar de enojarse, pensó que tal vez Tomás necesitaba entender cómo se sentía Clara.

- Tomás, ¿alguna vez te sentiste sólo al jugar algo nuevo? -le preguntó Lila.

Tomás reflexionó por un momento.

- Bueno, cuando intenté aprender a andar en bicicleta, me dio vergüenza y no quise hacerlo solo...

- Exacto, ¡y no se siente bien! -dijo Lila. Entonces, con una idea brillante, se volvió hacia Clara.- Clara, ¿quieres que juguemos a algo diferente? Podríamos hacer una carrera de obstáculos.

Los ojos de Clara se iluminaron.

- ¡Me encantaría eso! -dijo emocionada.

Así que Lila, Tomás y Sofía se pusieron a trabajar, construyendo un pequeño circuito con bancos, aros y pelotas. Clara se unió a ellos, súper feliz de ser parte del grupo.

- ¡Listos, listos, ya! -gritaron todos juntos, empezando la carrera llena de risas.

Todo iba bien hasta que Benja, celoso de la atención que Clara recibía, tiró un aro al suelo, causando que todos se distrajeran. La carrera se detuvo mientras todos miraban lo que había sucedido.

- ¡Benja! -exclamó Sofía- ¿Por qué hiciste eso?

- Porque no quiero que Clara se lleve todas nuestras risas. -respondió Benja con una mueca.

Lila, al ver la frustración en el rostro de Benja, se acercó a él.

- Benja, ¿te gustaría tener a Clara como amiga también? -le preguntó.

Benja hizo pucheros, pero luego susurró:

- Tal vez. Pero no entiendo por qué tiene que ser una más en nuestro grupo.

- Porque con más amigos, las risas se multiplican. ¡Mirá cómo Clara se divierte ahora! -dijo Sofía.

Benja observó la sonrisa de Clara y sintió que su corazón se suavizaba un poco.

- Bueno, está bien… pero ¿puedo yo hacer la próxima carrera? -dijo Benja.

- ¡Sí! -gritaron todos a la vez.

Así que decidieron que cada uno tendría su turno en la carrera. Cada vez que uno de ellos estaba en su turno, los demás animaban con fuerza, haciendo que todos se sintieran importantes y parte del juego.

- ¡Vamos, Clara! -gritó Lila cuando fue el turno de Clara.- ¡Podés hacerlo!

Clara sonrió con confianza y corrió a través del circuito con alegría. Todos aplaudieron con entusiasmo, y el corazón de Clara se llenó de gratitud.

Al final del día, todos estaban cansados pero felices. Antes de irse, Lila se dirigió a sus amigos:

- Me alegra que hayamos aprendido a incluir a Clara. Ser amigos es como cuidar un jardín, ¡cuanto más lo cuidemos, más hermosos serán nuestros días!

Benja sonrió mientras observaba a Clara, pensando que a veces era lindo abrirse a otros y compartir la alegría.

- Gracias por invitarme, amigos. Me siento parte del jardín ahora. -dijo Clara, con una gran sonrisa.

Y así, en el Jardín de la Alegría, los niños aprendieron que la empatía y la inclusión son la mejor manera de cultivar amistades y hacer que todos se sientan felices.

.

FIN.

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