El jardín de la valentía



Había una vez un niño llamado Juanito que vivía en un pequeño pueblo. Juanito era muy especial, ya que veía el mundo de una manera diferente a los demás niños.

Tenía autismo, lo que hacía que algunas cosas fueran un poco más difíciles para él, pero eso no le impedía ser feliz y curioso como cualquier otro niño.

Un día, mientras paseaba por el campo, Juanito se encontró con un hombre muy amable que le dijo:"Hola, soy Jesús. ¿Quieres venir conmigo a dar un paseo?"Juanito asintió emocionado y comenzaron a caminar juntos.

Jesús le mostraba las flores, los pájaros y las mariposas, explicándole lo hermosa que es la naturaleza y cómo cada ser vivo tiene su lugar en el mundo. "¿Te gustaría ayudarme a cuidar de este jardín?" -preguntó Jesús. Juanito sonrió y aceptó encantado.

Pasaron horas plantando semillas, regando las plantas y observando cómo todo crecía gracias al amor y cuidado que le dedicaban. Un día, mientras estaban trabajando en el jardín, llegaron unas personas malvadas que querían dañar las flores y arruinar todo lo bonito que habían creado. Juanito se asustó mucho y no sabía qué hacer.

Pero Jesús lo calmó con ternura y le dijo:"No te preocupes, Juanito. A veces en la vida nos encontraremos con obstáculos difíciles de superar, pero siempre hay una solución si confiamos en nosotros mismos y en quienes nos rodean.

"Juntos idearon un plan para proteger el jardín y lograron ahuyentar a las personas malvadas. Fue entonces cuando Juanito comprendió la importancia de la valentía, la amistad y la solidaridad.

Desde ese día, Juanito siguió visitando a Jesús en el jardín para aprender nuevas cosas cada vez más fascinantes sobre el mundo que los rodeaba. Y aunque había momentos difíciles o desafiantes, siempre recordaba las palabras de Jesús: "Confía en ti mismo y en quienes te quieren".

Así fue como Juanito descubrió su propia fortaleza interior y aprendió a enfrentar cualquier situación con coraje y determinación.

Y aunque su camino estaba lleno de altibajos, siempre supo encontrar luz en medio de la oscuridad gracias al amor incondicional de aquel amigo especial llamado Jesús. Y colorín colorado este cuento ha terminado; pero recuerda ¡nunca subestimes tu capacidad para brillar incluso en los días más oscuros!

FIN.

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