El Jardín de las Emociones
En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Lucía. Lucía tenía un jardín muy especial donde cada planta representaba una emoción. Una mañana soleada, decidió que quería explorar el jardín y aprender más sobre cada emoción.
Cuando llegó al jardín, vio una hermosa flor roja brillante.
"¡Hola, flor roja! ¿Qué emoción representás?"
"¡Hola, Lucía! Yo soy la emoción de 'anger' (ira). A veces, cuando te sientes injustamente tratado, puedes sentirme. Pero también puedo ser una señal para cambiar lo que no está bien en tu vida."
Lucía tocó la pétalos suaves y sintió un escalofrío.
"Gracias, flor roja. Aprenderé a usar 'anger' para mejorar las cosas."
Siguió explorando hasta que encontró una planta amarilla.
"¡Hola, planta amarilla! ¿Qué emoción representás?"
"Soy 'joy' (alegría). Cuando algo fabuloso sucede, como un cumpleaños o un día soleado, yo florezco en tu corazón. ¡No te olvides de disfrutar esos momentos!"
Lucía sonrió y pensó en sus buenos momentos con amigos.
"Yo quiero sentir 'joy' todo el tiempo!"
Más adelante, vio un arbusto naranja.
"Hola, arbusto naranja, ¿qué emoción sos?"
"Soy 'fear' (miedo). A veces puedo ser útil, porque te aviso de peligros. Pero no dejes que yo te detenga de hacer cosas nuevas y emocionantes."
"Entiendo. Gracias, arbusto naranja, por protegerme y enseñarme a no tener miedo."
Continuó su paseo y encontró un lago, donde un pez dorado nadaba con gracia.
"Hola, pez dorado, ¿qué emoción representás?"
"Soy 'sadness' (tristeza). Todos experimentamos momentos de tristeza, pero recuerda que siempre hay un arco iris después de la lluvia."
Lucía se sentó en la orilla del lago y miró las ondas del agua.
"Sí, a veces me siento triste, pero sé que pronto volverá la alegría!"
Finalmente, llegó hasta un árbol gigante con hojas verdes.
"¡Hola, árbol gigante! Eres tan grande y hermoso. ¿Qué emoción representás?"
"Soy 'love' (amor). Estoy aquí para recordarte que, sin importar lo que pase, siempre hay amor en tu vida, ya sea de familia, amigos o incluso de ti misma."
Lucía abrazó el árbol, sintiendo su fuerza y calidez.
"Gracias, árbol gigante. Nunca olvidaré que el amor siempre estará conmigo."
Al terminar su recorrido, Lucía se dio cuenta de que cada emoción era importante y que tenía su lugar. Las emociones pueden ser como las estaciones del año, algunas son cálidas y otras frías, pero todas son necesarias para sentir la vida plenamente.
"¡Voy a cuidarlas y a comprenderlas mejor!" pensó Lucía, regresando a casa con el corazón lleno de ganas de compartir lo aprendido. Así fue como Lucía no solo se convirtió en una experta en emociones, sino también en una amiga para todos sus compañeros, ayudándoles a entender y expresar lo que sentían en cada momento.
Y así, el jardín de Lucía se convirtió en el lugar más especial del pueblo, donde todos aprendían juntos acerca de sus emociones.
Fin.
FIN.