El Jardín de las Hadas



En un pequeño pueblo, había un jardín mágico donde vivían las hadas. Una de ellas, llamada Lili, tenía alas brillantes de colores. Un día, mientras volaba, vio una niña triste llamada Sofía.

- ¿Por qué estás triste? - le preguntó Lili al acercarse.

- No tengo a nadie con quien jugar - respondió Sofía, con lágrimas en los ojos.

Lili decidió ayudarla.

- Ven, te llevaré a conocer a mis amigas hadas - dijo Lili emocionada. Sofía, aunque un poco asustada, la siguió hasta el jardín.

Cuando llegaron, las hadas estaban organizando una fiesta. Había luces de colores, risas y música mágica.

- ¡Hola! - gritaron las hadas al ver a Sofía. - ¡Ven a jugar con nosotras!

Sofía sonrió y se unió a los juegos. Jugaron a atrapar mariposas, bailaron y se hicieron nuevas amigas.

Pero de repente, una nube oscura apareció y comenzó a cubrir el sol.

- ¡Oh no! - dijo Lili. - Sin el sol, las flores del jardín se marchitarán.

Sofía, recordando lo felices que eran las hadas, tuvo una idea.

- ¡Yo puedo ayudar! - gritó. - ¡Vamos a hacer una danza para devolverle la luz al jardín!

Las hadas y Sofía se unieron en círculo y comenzaron a bailar y cantar. Poco a poco, la nube oscura se fue, y el sol brilló de nuevo.

- ¡Lo logramos! - exclamó Lili.

Sofía se sintió feliz y llena de energía.

- Gracias por hacerme sentir especial - dijo Sofía. - Ahora sé que siempre puedo cambiar las cosas con un poco de alegría.

Desde ese día, Sofía y las hadas se hicieron grandes amigas, y siempre jugaban juntas en el jardín mágico, donde las risas nunca faltaban.

Y así, aprendieron que la amistad y la alegría pueden iluminar incluso los días más oscuros.

FIN.

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