El Jardín de las Mariposas



En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Sofía. Ella pasaba sus días en un hermoso jardín que pertenecía a su abuela. Allí, las flores bailaban con el viento y las mariposas revoloteaban por doquier. Un día, mientras cuidaba las plantas, un curioso pajarito se posó en su hombro.

"Hola, Sofía. Soy Pipo, el pajarito explorador."

Sofía sonrió y le respondió:"Hola, Pipo. ¿Qué aventuras has vivido hoy?"

"He visto cosas maravillosas, pero busco algo especial: el amor verdadero."

Intrigada, Sofía preguntó:"¿Qué es el amor verdadero?"

Pipo le explicó:"Es un sentimiento que hace feliz a quienes lo sienten. Es comprender y apoyar a los demás, sin esperar nada a cambio."

Sofía se quedó pensando en lo que había escuchado. Decidió que quería encontrar ese amor verdadero, así que se puso a investigar. Todos los días, hablaba con la gente del pueblo.

Un día conoció a Lucas, un niño que amaba construir cosas con madera. Lucas soñaba con hacer una casa para pájaros en el jardín de Sofía.

"¡Eso sería maravilloso!" exclamó Sofía.

"Sí, pero no sé si podré hacerlo. Necesito ayuda."

Sofía, decidida, le ofreció su ayuda.

"Juntos podemos hacerlo. Yo tengo muchas ideas para el diseño."

Con su entusiasmo y trabajo en equipo, Sofía y Lucas comenzaron a construir la casa. Se pasaban horas hablando, riendo y disfrutando del sol. Las mariposas llenaban el ambiente y algo especial nació entre ellos.

Pero un día, Sofía se enteró de que Lucas tuvo que mudarse a otro pueblo.

"No puedo creer que te vayas, Lucas" dijo Sofía, llenándose de tristeza.

"Yo tampoco quiero irme, Sofía. Pero mi familia necesita mudarse."

Con lágrimas en los ojos, Sofía se despidió de su amigo. Pero antes de irse, Lucas le dio un pequeño collar con forma de mariposa.

"Recuerda, nuestra amistad siempre será especial, aunque estemos lejos. El amor verdadero trasciende la distancia."

A lo largo de los meses, Sofía continuó cuidando su jardín, recordando a Lucas y su promesa. Un día, decidió enviarle una carta, contándole sobre todas las maravillas que había en su jardín.

Con cada carta, Sofía sentía que su amistad no solo se mantenía viva, sino que crecía, como las flores en su jardín.

Pasó un tiempo y un día, mientras regaba las plantas, Pipo se posó nuevamente en su hombro.

"¡Sofía!" dijo emocionado, "¡he volado hasta el pueblo de Lucas!"

"¡¿Y cómo está? !" preguntó Sofía ansiosamente.

"Está construyendo una casa para pájaros en su nuevo jardín, ¡y te recuerda siempre! De hecho, me pidió que te dijera que vendrá a visitarte pronto."

El corazón de Sofía se llenó de alegría. Nunca había dejado de sentir el amor verdadero que se habían prometido.

Cuando finalmente Lucas regresó, traía consigo una sorpresa. Juntos, decidieron construir una nueva casa para pájaros, esta vez en el jardín de Sofía, donde el amor verdadero florecería nuevamente.

"Como en los viejos tiempos", dijo Lucas con una sonrisa.

FIN.

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