El Jardín de las Mariposas
En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Ana. Ana amaba jugar en su jardín, donde había flores de todos colores y formas. Un día, mientras correteaba entre las flores, encontró una mariposa atrapada en una telaraña.
"¡Pobrecita!" - dijo Ana, preocupada. "No puedo dejar que sufra."
Con mucho cuidado, Ana liberó a la mariposa, que agitando sus alas brillantes le agradeció:
"Gracias, Ana. Eres muy amable. Si cuidas de las flores, yo te llevaré a conocer el Jardín de las Mariposas."
Intrigada, Ana empezó a cuidar su jardín, regando las plantas y asegurándose de que siempre estuvieran llenas de luz y amor. Con cada día que pasaba, más mariposas venían a disfrutar de las flores, y Ana disfrutaba observándolas.
Un día, la mariposa que Ana había salvado volvió a visitarla.
"¡Ana! Te he estado buscando. Es hora de que veas el Jardín de las Mariposas. ¡Sígueme!"
Ana, emocionada, siguió volando a la mariposa. Volaron juntas sobre campos verdes y cerros hasta llegar a un lugar mágico lleno de mariposas de todos los tamaños y colores que bailaban en el aire.
"¡Wow! Es hermoso aquí!" - exclamó Ana.
"Sí, pero no olvides que esto es posible gracias a tu amabilidad. Cada vez que cuidas de las plantas y de las criaturas que las rodean, traes un poco más de magia al mundo."
Ana sintió una felicidad enorme y comprendió que su pequeño jardín podía hacer una gran diferencia. Desde ese día, decidió seguir cuidando su jardín, y también ayudar a otros niños a hacerlo.
Así, el pueblo se llenó de flores y mariposas como nunca antes, y cada vez que Ana veía volar a una mariposa, sonreía sabiendo que había hecho algo especial.
"El amor y la bondad son como las flores, siempre florecen cuando las cuidas," - dijo Ana a sus amigos.
Y así, el Jardín de las Mariposas se convirtió en un lugar emblemático, donde todos aprendieron a ser amables y cuidar de la naturaleza, inspirando a otros a hacer lo mismo.
Ana comprendió que todos pueden hacer del mundo un mejor lugar si se preocupan un poquito más por los demás, y eso, dijo ella, es la mayor magia de todas.
FIN.