El jardín de las palabras



Lur era una niña muy curiosa y vivaz. Tenía unos grandes ojos celestes que parecían dos luceros brillando en la oscuridad.

Pero había algo que le preocupaba: el hecho de que todos a su alrededor le hablaran en diferentes idiomas. Su mamá, Amaia, era vasca y siempre le hablaba en euskera. Lur amaba escuchar esa melodiosa lengua materna, pero muchas veces no entendía lo que decía su mamá.

Por otro lado, su papá, Juan, era argentino y hablaba español con ella. Los abuelos de Lur también eran argentinos y siempre conversaban en español cuando venían de visita. Incluso en el jardín donde jugaba con sus amigos del vecindario, todos se comunicaban en español.

Lur se sentía confundida y a veces frustrada porque no sabía qué idioma utilizar para expresarse correctamente. Un día decidió contarle a su mejor amigo, Lucas, sobre su dilema lingüístico.

"Lucas, estoy tan confundida", dijo Lur mientras miraba hacia abajo con tristeza. "¿Por qué estás confundida?" preguntó Lucas curioso. -Lur levantó la cabeza y explicó: "Todos me hablan en diferentes idiomas y no sé cuál es el correcto".

Lucas pensó por un momento antes de responder:"Sabes Lur, cada uno de nosotros tiene una forma única de comunicarse. No hay un solo idioma correcto o incorrecto". Luego agregó sonriendo: "Piensa en ello como si fueras una flor hermosa con muchos pétalos coloridos".

La metáfora hizo que los ojos de Lur se iluminaran con interés. "Cada idioma que te hablan es como un pétalo diferente", continuó Lucas. "Puedes aprender a hablar en euskera, español y cualquier otro idioma que desees. No tienes que elegir solo uno".

Lur asintió emocionada y decidió hacer lo que su amigo le sugirió. Comenzó a prestar más atención cuando su mamá le hablaba en euskera y poco a poco comenzó a entender las palabras y responder adecuadamente.

También practicaba el español con su papá, sus abuelos y sus tíos, escuchando atentamente cada palabra y preguntando cuando algo no entendía. Se dio cuenta de que aunque había diferentes idiomas, todos estaban conectados por el amor y la comunicación.

Con el tiempo, Lur se convirtió en una experta en lenguas. Podía cambiar fácilmente entre el euskera y el español sin sentirse confundida. Incluso aprendió algunas palabras en otros idiomas como inglés y francés.

Un día, mientras jugaba en el jardín con Lucas y otros amigos del vecindario, Lur sorprendió a todos al empezar a cantar una canción en euskera. Todos quedaron fascinados por su hermosa voz.

Desde ese momento, Lur se dio cuenta de que no importaba qué idioma hablara o cuál fuera su origen cultural; lo importante era ser ella misma y compartir su amor por los diferentes idiomas con los demás.

Y así fue como la pequeña Lur descubrió la belleza de las palabras y cómo podían unir personas de diferentes culturas alrededor del mundo. A partir de ese día, nunca más se sintió confundida por los diferentes idiomas que la rodeaban, sino que los abrazó como una parte maravillosa de su identidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!