El jardín de las princesas amigas



En un reino muy lejano, vivían las princesas Regina, Luciana y Ximena. Eran amigas desde pequeñas y siempre estaban juntas. Aunque eran diferentes en muchos aspectos, tenían algo en común: cada una tenía su color favorito.

Regina era una princesa llena de energía y siempre llevaba vestidos amarillos brillantes. Le encantaba el sol y los días llenos de alegría. Luciana, por otro lado, era más tranquila y soñadora.

Siempre se vestía con hermosos vestidos azules que recordaban al cielo despejado de la noche estrellada. Y Ximena, la más aventurera de las tres, se caracterizaba por sus vestidos verdes que evocaban a los bosques mágicos que tanto le gustaba explorar.

Un día soleado, las princesas decidieron dar un paseo por el reino para conocer nuevas tierras y hacer nuevos amigos. Caminaron entre prados verdes llenos de flores multicolores donde Regina saltaba emocionada mientras Luciana recogía algunas para decorar su cabello azul.

De repente, escucharon un grito proveniente del bosque. Rápidamente corrieron hacia allí y encontraron a un zorrito atrapado entre unas ramas espinosas. "¡Pobrecito! Tenemos que ayudarlo", exclamó Regina preocupada. Las tres princesas trabajaron juntas para liberar al zorrito sin lastimarse.

Una vez libre, el animalito les mostró su gratitud con caricias y lamidas en sus manos. "¡Qué valientes son ustedes! ¡Gracias por salvarme!", dijo el zorrito con una voz suave.

Las princesas sonrieron y, en ese momento, supieron que habían hecho un nuevo amigo. Decidieron llamarlo —"Amigo"  y lo llevaron al castillo para cuidarlo y darle un hogar. Con el paso del tiempo, Amigo se convirtió en el compañero inseparable de las princesas.

Juntos vivieron muchas aventuras, exploraron lugares mágicos y ayudaron a quienes lo necesitaban en el reino. Un día, mientras caminaban por un prado lleno de margaritas blancas, Regina tuvo una idea brillante.

"¿Qué tal si creamos un jardín especial donde cada flor tenga los colores de nuestros vestidos?", propuso Regina emocionada. Luciana y Ximena asintieron emocionadas con la idea. Trabajaron arduamente para diseñar y plantar flores amarillas, azules y verdes por todo el jardín del castillo.

Pronto, el lugar se llenó de vida y colorido gracias a la dedicación de las princesas. El jardín se convirtió en uno de los principales atractivos del reino. Los visitantes quedaban maravillados al ver tantas flores hermosas en diferentes tonalidades.

Pero lo más importante era que cada vez que alguien miraba esas flores recordaba la importancia de la amistad verdadera y cómo trabajar juntos puede lograr cosas increíbles.

Las princesas Regina, Luciana y Ximena demostraron al reino entero que no importa cuán diferentes sean las personas o qué colores les gusten más; lo importante es valorarse mutuamente, respetar las diferencias y siempre estar allí para ayudarse.

Y así, con su jardín lleno de flores multicolores y su amistad inquebrantable, las princesas vivieron felices el resto de sus días, inspirando a todos a creer en la magia de la amistad.

FIN.

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