El jardín de los colores perdidos
Era una vez en un pequeño pueblo llamado Colores, donde todos los niños jugaban en el parque y las flores brillaban como el arcoíris. Genaro, un niño muy querido por sus amigos, siempre estaba listo para ayudar a los demás con su gran corazón. Tenía a su mejor amigo, Thiago, que siempre estaba a su lado. Juntos compartían risas, juegos, y aventuras.
Un día, Genaro conoció a una nueva niña en la escuela, Valentina. Con su dulce sonrisa y su risa contagiosa, rápidamente se volvió la niña más popular del colegio. Genaro se quedó fascinado por ella. Sin embargo, Valentina también comenzó a pasar tiempo con Thiago, lo que despertó la curiosidad y la preocupación de Genaro. ¿Había una conexión especial entre ellos?
Un día, mientras Genaro y Thiago estaban en el parque, Genaro decidió hablar con su amigo.
"Thiago, ¿qué opinás de Valentina? A veces parece que le gustás..."
"Naaah, Genaro, es solo una amiga. Además, a mí me gusta mucho jugar a las escondidas con vos."
Genaro sonrió, aliviado de que su amigo pensara así. Pero a medida que pasaban los días, Genaro se dio cuenta de que Valentina mostraba menos interés en él y más en Thiago. La intriga comenzó a crecer, y la inseguridad también. Una tarde, mientras jugaban, Genaro escuchó a Valentina decirle a Thiago:
"Sos el mejor en este juego, ¡vamos a jugar juntos siempre!"
Genaro sintió que le había robado lo que más quería. En su corazón, había una pequeña espina de desilusión.
Decidido a entender la situación, Genaro se armó de valor y le preguntó a Valentina directamente:
"Valentina, ¿me gustaría saber si puedes ser mi amiga también? A veces siento que te gusta más jugar con Thiago..."
Valentina lo miró sorprendida y respondió:
"Genaro, claro que sí. Pero la verdad es que no... no me gusta hacer diferencias. Todos son mis amigos, y me encanta jugar con ambos. ¡Podemos hacer un equipo!"
Genaro se sintió muy aliviado y feliz. Se dio cuenta que a veces las cosas no son como uno las imagina y que la amistad es lo más importante. Esa tarde decidieron hacer un gran torneo en el parque, donde todos los niños del pueblo estaban invitados.
Thiago también estaba de acuerdo y animó a todos a participar:
"¡Vamos a hacer el mejor torneo de juegos de todos!"
El torneo fue todo un éxito. Todos los niños se unieron para jugar, reírse y compartir. Genaro vio cómo Valentina jugaba con todos, pero también buscaba tiempo para jugar con él. Se dio cuenta de que había suficiente espacio en su corazón para ambos amigos y que, lo más importante, la amistad tenía que ser sincera y generosa.
Al final del día, cuando el sol comenzaba a ocultarse y pintaba el cielo de colores cálidos, Genaro se acercó a Thiago y le dijo:
"Sabés, creo que a veces me preocupo de más por las cosas. Lo bueno es que ahora entiendo que todos podemos ser amigos."
"Claro, Genaro. Lo importante es que siempre estemos juntos, no importa quién juega o a quién le gusta más. La amistad es lo que cuenta."
Así, los tres amigos comenzaron una nueva etapa. Aprendieron a valorarse y a disfrutar de su tiempo juntos, derribando los muros que a veces los separaban. Colores se llenó de risas, juegos y más amistad, donde cada uno podía ser feliz sin temer perder a los demás.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.