El jardín de los corazones empáticos


En un lindo jardín de niños, había un grupo de niños y niñas en la etapa del egocentrismo, donde cada uno solo pensaba en sí mismo.

Todos querían tener los juguetes más grandes, correr más rápido y ser el centro de atención. El jardín estaba lleno de risas y juegos, pero a veces también había peleas y discusiones por los juguetes. La señorita Clara, la maestra del jardín, observaba con preocupación la falta de empatía entre sus pequeños alumnos.

Un día, mientras los niños jugaban en el patio, vieron a un pajarito herido que no podía volar. Al principio, cada niño pensó en sí mismo y en sus propios deseos, pero luego algo mágico sucedió.

-“¡Miren el pajarito, está lastimado! ”, dijo Sofía con tristeza. Al escucharla, Martín se acercó para ver al pajarito y exclamó: “Pobrecito, debemos ayudarlo”. Los demás niños se acercaron para ver al pajarito y pronto todos estaban preocupados por su bienestar.

Juntos, decidieron construirle un nido calentito con ramitas y hojas. También buscaron agua y semillas para que el pajarito pudiera recuperarse. Mientras cuidaban al pajarito, los niños descubrieron lo importante que era preocuparse por los demás y ayudar a quienes lo necesitaban.

La empatía creció en sus corazones como una plantita tierna que florecía. Día a día, los niños se volvieron más atentos con sus compañeros, compartiendo juguetes, ayudándose mutuamente y demostrando compasión. La señorita Clara sonreía al ver la transformación en sus pequeños alumnos.

El jardín de niños se convirtió en un lugar donde todos se cuidaban y se apoyaban, formando una gran familia.

El pajarito, que pronto se recuperó, se convirtió en un amigo especial para los niños, recordándoles la importancia de la empatía y el cuidado mutuo. Desde entonces, el jardín de los corazones empáticos brilló con una luz especial, mostrando que la empatía y el amor por los demás pueden cambiar el mundo, incluso en un pequeño jardín de niños.

Dirección del Cuentito copiada!