El Jardín de los Sueños



En un pequeño pueblo rodeado de mágicos paisajes, seis amigos: Atanasia, Cristófer, Ayron, Indigo, Inty e Ismael, siempre se reunían en el Jardín de los Sueños. Este jardín tenía un secreto; si uno se miraba en el espejo antiguo que ahí se encontraba, los sueños e imaginaciones cobren vida en formas extraordinarias.

Una tarde soleada, mientras exploraban el jardín, Ismael encontró el espejo cubierto de enredaderas.

"¡Miren esto!" exclamó Ismael, frotando el polvo para descubrir su superficie.

"¡Wow! ¿Qué habrá detrás de él?" se preguntó Ayron, acercándose con curiosidad.

Indigo, que siempre tenía las ideas más locas, sugirió:

"¿Y si cada uno de nosotros se mira en el espejo y vemos qué nos muestra?".

Todos se miraron con emoción y aprensión. Finalmente, decidieron hacerlo. Uno a uno, se acercaron al espejo. Cristófer fue el primero:

"¡Más!" gritó mientras el espejo mostraba una versión gigante de él, que podía volar.

"¡Es increíble!" gritó Gianella, quien recién se unía al grupo.

Ayron se acercó a continuación.

"No puedo, tengo miedo de lo que pueda pasar", confesó. Pero finalmente dio un paso adelante. Al mirarse, el reflejo mostró a un astronauta viajando por el espacio.

"¡Eso sería un sueño!" dijo, deslumbrado.

A medida que cada uno se miraba en el espejo, cada reflejo era más increíble que el anterior. Inty vio a un maestro de magia, mientras que Atanasia se vio rodeada de animales de colores brillantes.

"Esto es genial, pero… ¿qué sucede si lo que vemos no es real?" se preguntó Indigo, con una pizca de duda.

"Tal vez, sea nuestro potencial más que lo que realmente somos" replicó Ismael pensativo.

Finalmente, fue el turno de Gianella.

"¿Están listos para ver algo loco?", sonrió. Mirándose, ¡se transformó en un árbol gigante cuyo tronco brillaba con luces de colores!"¡Eso es maravilloso!" gritó Alicia, quien se había acercado en ese momento.

De pronto, un viento fuerte sopló, y el jardín comenzó a cambiar de forma: flores que cantaban, árboles que bailaban y luces parpadeantes llenaban el aire.

"Veo que el Jardín de los Sueños es más poderoso de lo que pensábamos" dijo Cristófer, asombrado.

Con el tiempo, las imaginaciones de cada uno comenzaron a fundirse, creando un mundo lleno de asombro donde todos podían ser quienes realmente querían ser.

"¿Y ahora? ¿Qué hacemos con todo esto?" preguntó Ayron.

"Tal vez debamos compartirlo con el mundo fuera del jardín" dijo Ismael.

La idea de compartir sus sueños dio vida a un nuevo plan. Con la ayuda de la naturaleza mágica del jardín, decidieron hacer una gran celebración donde cada uno pudiera mostrar lo que había encontrado en el espejo.

Las noticias sobre la celebración se esparcieron rápidamente. El pueblo llegó para disfrutar y participar. Todos se sorprendieron al ver la magia: los zombies bailando, los animales parlantes, y luces brillantes llenaban el lugar.

Al final del día, descubrieron que el verdadero poder no estaba solo en el espejo, sino en la amistad y en como se apoyaban unos a otros para ser valientes y compartir sus sueños.

"¡El Jardín de los Sueños es el mejor lugar! » exclamó Atanasia mientras veía a todos bailar y reír.

"Y nosotros somos parte de esta maravilla", concluyó Cristófer, sonriendo.

Esa jornada se convirtió en una tradición, donde cada año rescatarían la magia del jardín, compartiendo sueños y recordando que lo que vemos, aunque parezca fantasía, puede volverse real si lo construimos juntos.

FIN.

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