El Jardín de los Sueños



Henry era un niño curioso que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Le encantaba explorar la naturaleza, construir canescuados en el patio trasero y soñar con aventuras. Un día, mientras paseaba por el parque, vio una niña que estaba cuidando de un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores.

"Hola, ¿por qué cuidas tanto esas flores?" - le preguntó Henry, acercándose con una gran sonrisa.

"¡Hola! Soy Norelis y estas flores son mi tesoro. Cada una tiene una historia, y mientras las cuido, aprendo de ellas" - respondió con entusiasmo Norelis.

Henry se sintió intrigado y le pidió que le contara más. Norelis comenzó a explicarle cómo cada planta tenía su propio carácter y necesidades. Se hizo una gran amistad, y todos los días después de la escuela, Henry ayudaba a Norelis en el jardín.

Con el tiempo, Henry y Norelis pasaron horas hablando sobre sus sueños. Henry soñaba con ser inventor y crear cosas extraordinarias, mientras que Norelis deseaba convertirse en botánica y descubrir nuevas plantas.

Un día, mientras trabajaban en el jardín, encontraron una semilla misteriosa.

"¿Qué te parece si la plantamos y vemos qué crece?" - sugirió Henry emocionado.

"¡Sí! Eso sería fantástico. Pero necesitamos asegurarnos de que la cuidemos bien" - respondió Norelis.

Los dos se comprometieron a cuidar de la semilla juntos. Días pasaron, y Henry y Norelis comenzaron a sentir algo especial. Se divertían juntos, se reían de sus ocurrencias y compartían sus sueños. Sin embargo, un día, algo inesperado sucedió.

"Henry, creo que tengo que mudarme a otra ciudad con mi familia" - dijo Norelis con tristeza.

Henry sintió su corazón caer al suelo.

"No, Norelis. No puedo imaginar mi vida sin ti y sin nuestro jardín" - respondió con lágrimas en sus ojos.

"Siempre serás mi mejor amigo, pero debo seguir a mi familia" - dijo Norelis, tratando de sonreír.

El día antes de su mudanza, decidieron tener una última aventura en el jardín. Juntos, plantaron la semilla misteriosa. Prometieron cuidarla, aunque estuvieran separados, como símbolo de su amistad.

"Te prometo que, aunque esté lejos, siempre estarás en mi corazón" - aseguró Norelis.

"Y yo te prometo que alimentaré nuestro jardín y lo haré crecer, como nuestro lazo" - respondió Henry.

Cuando Norelis se mudó, Henry se sintió muy solo, pero siguió cuidando el jardín. La semilla que plantaron comenzó a brotar y al florecer, era una flor magnífica, única y especial. Henry la llamaba 'La Flor de la Amistad'.

Con el tiempo, la flor se convirtió en el símbolo de su conexión. A pesar de la distancia, cada vez que Henry la miraba, pensaba en Norelis y en los momentos que compartieron. Un día, Norelis le envió una carta con una foto de ella y su familia en su nueva ciudad.

"Henry, quiero que sepas que siempre estoy pensando en vos. Espero que la flor esté hermosa" - decía en la carta.

Su amistad continuó fortaleciendo con las cartas, y ambos compartían sus sueños y logros. Se dieron cuenta de que, aunque estaban lejos físicamente, sus corazones seguían unidos. Un día, mientras Henry observaba la flor, tuvo una idea brillante para su invento: un dispositivo que pudiera conectar a las personas incluso a grandes distancias.

Años después, Henry mostró su invento en una ferias de ciencia. ¡Era un éxito! Cuando vio a Norelis nuevamente, ya no eran solo niños. Era un reencuentro lleno de sueños cumplidos.

"¡No puedo creer que hayas hecho esto!" - dijo Norelis emocionada.

"¡Lo hice pensando en nosotros! Y en lo que podemos lograr juntos" - respondió Henry, sonriendo.

Juntos decidieron colaborar en un proyecto para ayudar a otras personas a mantenerse conectadas. A partir de esa unión, crearon un mundo donde los lazos de amistad y amor florecían como las flores en el jardín, recordando que la distancia nunca podría separar lo que realmente importa.

Así, el jardín de los sueños de Henry y Norelis siguió creciendo, mostrando al mundo que la verdadera amistad y el amor pueden resistir cualquier adversidad.

FIN.

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