El Jardín de los Sueños



En una pequeña ciudad donde las plantas podían hablar, vivía la familia Planta, formada por mamá Primavera, papá Fruto y sus tres hijos, Liana, Cactús y Florcita. Cada uno de ellos tenía un talento especial.

Una mañana brillante, mientras el sol brillaba en el cielo, mamá Primavera reunió a su familia en el jardín.

"¡Familia! Hoy es el día perfecto para cultivar nuevas ideas y sueños. ¿Qué les gustaría hacer?"

"¡Yo quiero plantar un árbol gigante!" gritó Liana emocionada.

"Yo prefiero algo más divertido, como una planta de caramelos," propuso Cactús.

"A mí me gustaría que floreciera un jardín de colores," dijo Florcita con una sonrisa.

"¡Perfecto! Haremos todas esas cosas," respondió papá Fruto.

Así que comenzaron con gran entusiasmo, pero de repente, el cielo se oscureció.

"¿Qué está pasando?" preguntó Liana, mirando las nubes que se acercaban rápidamente.

Una gran tormenta se desató, llenando el jardín de miedo. Los vientos aullaban y las lluvias caían con pereza.

"¡No puedo ver mis plantas!" exclamó Cactús.

"¡Hay que resguardarse!" insistió mamá Primavera.

Mientras se resguardaban bajo una gran hoja, notaron que una pequeña ave dorada volaba, resistiendo el viento con valentía.

"¿Quién eres?" le preguntó Florcita.

"Soy Sol, el ave del sol. Vengo a traer luz y esperanza. No tengan miedo, esta tormenta pasará."

Con ese aliento, la familia Planta decidió no rendirse y comenzó a imaginar cómo se vería su jardín después de la tormenta.

"Podríamos tener un jardín de arcoíris," propuso Liana.

"Y plantas de caramelos que crezcan fuertes y dulces,¡qué idea!" añadió Cactús.

"¡Y flores que hablen más de lo habitual!" rió Florcita.

La tormenta hizo ruido y sacudió las hojas, pero la familia aprovechó el tiempo para unirse, contar historias y compartir sueños.

Después de horas, el sol comenzó a brillar nuevamente, y la tormenta finalmente se calmó. Salieron de su refugio y se sorprendieron al ver cómo las gotas de agua brillaban como diamantes en las hojas.

"¡Miren! Todo ha quedado más hermoso después de la tormenta." dijo mamá Primavera con amor.

Decidieron comenzar a plantar lo prometido. Liana se ocupó de su árbol gigante.

"¡Necesito ayuda!" gritó ella. Y todos fueron a darle una mano.

Cactús hizo su planta de caramelos con semillas dulces, mientras Florcita llenaba el lugar de colores. Juntos, todos los sueños comenzaron a crecer más allá de lo que habían imaginado. Sin embargo, cerca de lo que habían sembrado, notaron algo extraño.

"¿Qué es eso?" preguntó Florcita, señalando un arbusto que había crecido desproporcionado.

"Parece una planta mágica!" dijo papá Fruto mientras se acercaban.

De pronto, del arbusto salió una pequeña y curiosa criatura, que parecía tener la forma de una mezcla entre mariposa y hoja.

"¡Hola, soy Tormenta, la guardiana de este jardín!" exclamó la criatura.

"¿Qué hacemos con vos?" preguntó Cactús, dudando.

"Nada, solo quiero aprender de ustedes. Siempre pensé que las tormentas destruyen, pero hoy he visto lo que han hecho. Ustedes construyen sueños."

La familia Planta, sorprendida, decidió compartir sus experiencias y Sus sueños con Tormenta.

"Juntos podríamos crear un jardín que nunca haya existido!" propuso Liana.

Así que, con la ayuda de Tormenta, comenzamos a mezclar las semillas de colores, sabores y luces. Hicieron crecer un jardín mágico, lleno de plantas cantoras, collares de gambas de dulces y árboles que daban sombra. Todos los días se reunían a contar historias bajo el árbol gigante.

"¡Esto es mucho mejor que solo sueños! ¡Es realidad!" celebró Florcita mientras bailaba en el jardín.

Desde entonces, los habitantes de la ciudad no solo se maravillaban de sus plantas y sus colores, sino que también compartían su amor con la comunidad. Sol, llegó a ser un amigo conocido y la tormenta descubrió su lado amable. Junto a ellos, aprendieron que cada adversidad puede traer algo hermoso, si trabajas juntos y crees en la magia de los sueños.

"Así funciona la vida, en las tormentas, no hay que olvidar mirar hacia arriba para ver el arcoíris," sonrió papá Fruto.

Y desde aquel día, el Jardín de los Sueños fue conocido en toda la ciudad como un lugar donde los sueños eran el ingrediente mágico para convertirse en una hermosa realidad.

FIN.

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