El Jardín de los Sueños
En un colorido pueblo llamado Villavista, donde las flores nunca dejaban de florecer y los árboles parecían hablar entre sí, vivía una pequeña niña llamada Lila. Lila era una soñadora empedernida: le encantaba inventar historias y explorar cada rincón de su mágico pueblo.
Un día, mientras paseaba por el parque, Lila descubrió un jardín secreto escondido detrás de un viejo arbusto. "¿Qué será este lugar?"- se preguntó, con los ojos brillando de curiosidad. Se asomó y miró por un momento, y se sorprendió al ver a un pequeño duende llamado Pipo.
"¡Hola! ¿Quién eres?"- preguntó Lila, emocionada.
"Soy Pipo, el guardián de este jardín mágico"- respondió el duende. "Aquí los sueños más profundos de las personas pueden hacerse realidad, pero hay una condición: deben ser sueños llenos de bondad y alegría".
Lila sonrió y le dijo: "Me encantaría hacer un sueño realidad. Siempre he deseado conectar a todos los niños del pueblo para que jueguen juntos".
"Es un hermoso sueño, Lila. Pero necesitarás tres cosas especiales: la flor de la amistad, la piedra de la unidad y el brillo del sol. ¿Estás lista para encontrarlas?"- preguntó Pipo.
Lila asintió decidida. Y así comenzó su aventura. Primero, Pipo la llevó al bosque, donde crecía la magia en cada rincón. Allí encontraron la flor de la amistad, que emitía un aroma dulce y fresco.
"Esta flor representa la unión entre las personas"- explicó Pipo, mientras Lila la recogía con cuidado. "Ahora, la piedra de la unidad está escondida cerca del lago. Sigamos".
Cuando llegaron al lago, Lila vio que el agua brillaba como un espejo. "¿Cómo encontraremos la piedra?"- preguntó, mirando a su alrededor.
"Mira bien. La piedra puede estar bajo el agua, en medio de toda esa belleza"- respondió Pipo.
Lila se concentró y, al asomarse, vio una piedra brillante en el fondo. "¡La veo!"- gritó, y Pipo la animó a recogerla. Con un poco de esfuerzo, Lila la sacó del agua y la sostuvo mientras admiraban su brillo.
"¡Excelente! Ahora sólo nos falta el brillo del sol"- dijo Pipo, pero su tono se tornó serio. "Esto es lo más difícil de conseguir, porque el sol solo brilla cuando hay amor y diversión en los corazones de las personas".
Lila rascó su cabeza, preocupada. "¿Cómo podemos hacer para que el sol brille?"- preguntó.
"Necesitamos reunir a todos los niños del pueblo y hacer una gran fiesta. La alegría que compartan hará que el sol brille"- explicó Pipo.
Lila corrió de regreso al pueblo con una idea brillante en su cabeza. "¡Chicos, se viene una fiesta!"- gritó a sus amigos. "Habrá juegos, comida y más. Necesitamos que todos participen para que el sol brille de alegría!".
Al principio, algunos niños dudaron. "Pero, Lila, nadie se lleva bien siempre"- dijo Tomi, uno de los más grandes.
"¡Eso es lo que quiero cambiar!"- respondió Lila con determinación. "Podemos hacer algo hermoso juntos, sólo si se lo proponen".
Poco a poco, los niños comenzaron a entusiasmarse y decidieron participar. La noticia de la fiesta se esparció y, el día esperado, todos llegaron al parque con sonrisas y ganas de jugar.
Lila, Pipo y los niños comenzaron a jugar juntos, creando un ambiente lleno de risas y alegría. El amor y la amistad se sintieron fuertes en el aire, y, al poco rato, el sol comenzó a brillar intensamente, como nunca antes.
"¡Lo hicimos!"- exclamó Lila, mirando al cielo brillante. "¡El sol está aquí!"-.
"Sí, Lila. Has demostrado que cuando hay unión y alegría, todo es posible"- le dijo Pipo, quien, gracias a su magia, hizo que un arcoíris circundara el jardín.
La fiesta fue un éxito. Los niños bailaron, jugaron y compartieron comidas deliciosas. Lila se sintió muy feliz al ver cómo su sueño se había hecho realidad y cómo todos se habían unido para celebrar.
Y así, desde ese día, no sólo el jardín de los sueños se convirtió en un lugar especial, sino que Villavista se llenó de momentos de alegría, donde todos los niños retornaban, recordando que los mejores sueños son aquellos que se comparten con otros.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.