El Jardín de los Valores



En un pequeño pueblo, había un jardín mágico donde cada planta representaba un valor. Un día, el pequeño Martín decidió explorar el jardín y se encontró con una hermosa flor violeta. "¿Quién sos?"- preguntó Martín.

"Soy la flor del respeto, y tengo un mensaje importante para vos"- respondió la flor. Intrigado, Martín le pidió que le diga más.

"El respeto no es solo tratar bien a los demás, sino también a uno mismo; cuando aprendés a respetar tus propios sueños y sentimientos, podés respetar mejor a los otros"-. De repente, el viento sopló fuerte y sembró confusión, haciendo que algunas flores se tambalearan. Martín, viendo que algunas caían, corrió a sostenerlas. "¡No se preocupen, las voy a ayudar!"- exclamó.

La flor del respeto sonrió y dijo: "Así se demuestra el verdadero respeto, cuidando a quienes te rodean. Ahora, que tu corazón esté lleno de respeto, podrás propagarlo en el pueblo"-.

Desde ese día, Martín se volvió un embajador del respeto, enseñando a sus amigos la importancia de cuidar sus sentimientos y a los de los demás, creando un lugar donde todos se sentían valorados.

FIN.

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