El jardín de Luna


Había una vez, en un colegio de Europa, dos profesoras llamadas Karen Martínez y Karen Duarte. Ambas eran amantes de la naturaleza y siempre buscaban enseñar a sus estudiantes sobre el respeto por el medio ambiente.

Además, tenían un gato llamado Luna que las acompañaba en todas sus aventuras. En aquel colegio, había un estudiante llamado Jhonatan Mondul, quien constantemente causaba problemas y no mostraba interés por aprender.

Siempre se burlaba de los demás compañeros y desafiaba a los profesores con su mal comportamiento. Un día, mientras las profesoras llevaban a sus alumnos al bosque para realizar una actividad educativa sobre la importancia de los árboles, Jhonatan decidió sabotear todo.

Se escondió detrás de unos arbustos y empezó a lanzar piedras hacia los demás estudiantes. Luna, el gato de las profesoras, se percató del peligro y corrió hacia donde estaba Jhonatan. Saltó sobre él arañándole suavemente para llamar su atención.

Al ver al gato tan valiente enfrentándolo, Jhonatan se detuvo sorprendido. - ¡Deja en paz a tus compañeros! -exclamó Luna con voz firme-. Todos merecen ser tratados con respeto.

Jhonatan quedó impactado al escuchar hablar al gato y se sintió avergonzado por su comportamiento. Decidió disculparse con sus compañeros y prometió cambiar su actitud negativa. Desde ese día, Jhonatan comenzó a prestar atención en clases e incluso ayudaba a sus compañeros cuando tenían dificultades.

Las profesoras y sus compañeros notaron el cambio en él y lo felicitaron por su esfuerzo. Un día, el coordinador del colegio, Sergio, se acercó a Jhonatan para hablar con él.

Le propuso ser parte de un proyecto especial para cuidar el jardín del colegio y aprender más sobre la naturaleza. - Jhonatan, sé que has cambiado mucho y estoy orgulloso de ti -dijo Sergio-. Quiero darte la oportunidad de demostrar tu compromiso con el medio ambiente.

¿Qué te parece si te encargas de cuidar nuestro jardín? Jhonatan aceptó emocionado la propuesta y junto a las profesoras Karen Martínez y Karen Duarte, comenzó a aprender sobre plantas, flores y cómo mantener un espacio verde saludable.

Con el tiempo, el jardín del colegio se convirtió en un lugar hermoso lleno de vida. Los estudiantes disfrutaban pasar tiempo allí aprendiendo sobre la importancia de proteger nuestro planeta. Jhonatan aprendió que todos tenemos una responsabilidad con el medio ambiente y que cada pequeño gesto cuenta.

Se dio cuenta de que podía hacer una diferencia positiva en su entorno y eso le llenaba de alegría. Y así fue como Jhonatan Mondul pasó de ser un estudiante problemático a convertirse en un defensor del medio ambiente.

Aprendió que todos podemos cambiar si nos damos cuenta del impacto que nuestras acciones tienen en los demás y en nuestro mundo. Desde aquel día, Jhonatan siguió trabajando duro para mantener vivo su amor por la naturaleza.

Y Luna, el gato valiente e inteligente, siempre estuvo a su lado recordándole lo importante que es cuidar nuestro hogar, el planeta Tierra.

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