El Jardín de Perséfone



En un hermoso y verde valle, donde los ríos cantaban y los árboles danzaban con el viento, vivía una ninfa llamada Perséfone. Ella cuidaba de las flores y de los animales del bosque, pero su más preciado tesoro era su jardín lleno de plantas mágicas que brillaban al sol. Al lado de su jardín, también habitaba una familia de osos que siempre venían a jugar con ella. A los osos les encantaba el dulce néctar de las flores, especialmente el de las flores que cuidaba Deméter, la madre de Perséfone.

Una mañana, mientras Perséfone estaba regando sus plantas, escuchó un ruido extraño. Era un cazador que había entrado al bosque buscando animales para atrapar.

"¡Alto! ¿Qué haces en nuestro hogar?" - le gritó Perséfone.

"Solo busco algo de comida para llevar a casa. No quiero hacerles daño", respondió el cazador, mostrando arrepentimiento.

Perséfone, que siempre había tenido un corazón generoso, decidió hablar con el cazador.

"Quizás podamos ayudarte de otra manera", sugirió. "¿Te gustaría aprender a cultivar un jardín como el mío?"

"¿Un jardín? Pero yo solo sé cazar animales..." - dijo el cazador con un tono confuso.

"Los animales son nuestros amigos, y el bosque necesita de ellos", explicó Perséfone.

El cazador se sintió intrigado. ¿Podría realmente obtener todo lo que necesitaba sin hacer daño a otros? Motivado por la curiosidad, aceptó la oferta de Perséfone. Durante días, ella le enseñó a cuidar las plantas y a entender la importancia del medio ambiente.

Mientras tanto, los osos observaban la extraña amistad entre la ninfa y el cazador, con gran sorpresa. Un día, el cazador llevó a Perséfone a un claro donde había un arroyo cristalino.

"Mirá, aquí podríamos plantar flores que atraerán mariposas y pájaros", sugirió.

"¡Eso sería maravilloso!" - exclamó ella.

Al día siguiente, empezaron un nuevo proyecto. Juntos prepararon la tierra y sembraron semillas de flores. Los osos, emocionados por el entusiasmo de sus amigos, decidieron ayudarles.

"¡Nosotros traemos ramas para hacer un bonito cercado!" - rugieron dando vueltas alrededor de los dos.

El jardín comenzó a florecer, atrayendo a todo tipo de animales y mariposas. Sin embargo, un giro inesperado ocurrió cuando una tormenta se desató una noche. Los fuertes vientos desnudaron el jardín, y las flores se fueron volando.

"Oh no, ¡todo nuestro esfuerzo!" - lloró Perséfone.

"No te preocupes, podemos reconstruirlo. Solo necesitamos trabajar juntos", dijo el cazador con confianza.

Desde ese día, los tres amigos se pusieron manos a la obra. Ellos aprendieron a sembrar los días soleados y a cuidar el jardín en los días difíciles. También comenzaron a educar a otros sobre la importancia de proteger el medio ambiente y de vivir en armonía con la naturaleza.

Finalmente, el jardín floreció más bello que nunca. Los animales del bosque regresaron, y el cazador ya no sentía la necesidad de cazar, porque había encontrado un propósito más grande: cuidar el hogar que compartían. El cazador se convirtió en un guardián del bosque, mientras que los osos y Perséfone alegraban la naturaleza con sus juegos.

Así en el bosque, donde alguna vez reinó la soledad, ahora brillaba la amistad y el respeto por la vida. Todos aprendieron que, trabajando juntos y respetando su entorno, podían lograr maravillas. Y así, en el corazón del bosque, los cuentos de Perséfone, el cazador y los osos se contaron de generación en generación, inspirando a otros a cuidar nuestro hermoso medio ambiente.

FIN.

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