El Jardín de Sentimientos
En un colorido pueblito llamado Arcoíris, vivía una niña llamada Luna. A Luna le encantaban las flores, pero a veces, le costaba expresar cómo se sentía. Un día soleado, decidió visitar el Jardín de Sentimientos, un lugar mágico donde las emociones florecían como las plantas.
Al entrar, una mariposa brillante se acercó a ella y dijo:
"¡Hola, Luna! Soy Cora, la mariposa de las emociones. He estado esperando que vengas. Aquí, cada flor representa un sentimiento. Vamos a explorarlo juntas."
Luna sonrió, emocionada por la aventura. Mientras caminaban, llegaron a una hermosa flor roja.
"¿Qué crees que representa esta flor, Luna?" preguntó Cora.
"No lo sé..." contestó Luna, un poco confundida.
"Esa flor es la ira. Cuando sientes enojo, puedes mirarla y pensar en lo que te molestó. ¿Has sentido eso alguna vez?"
"Sí, a veces me enoja no poder recordar lo que tengo que hacer."
Cora sonrió y siguió guiándola. Pronto, llegaron a una flor amarilla brillante.
"Esta es la alegría. ¿Qué te hace feliz, Luna?"
Luna pensó durante un momento, pero no estaba segura. Entonces, Cora dijo:
"¿Y si intentamos recordar cosas que te hacen sonreír?"
"¡Sí! Me gusta jugar con mis amigos y correr en el parque."
Luna comenzó a sonreír al recordar esos momentos felices. Siguieron caminando y encontraron una flor azul.
"Esta representa la tristeza. Todos la sentimos a veces. ¿Sabes cómo manejarla?" preguntó Cora.
"No, no sé..." respondió Luna.
"Cuando sientes tristeza, habla con alguien. Compartir tus sentimientos puede ayudar mucho. Vamos, hablemos sutilmente sobre eso."
Luna asintió, sintiéndose un poco mejor. Luego, vieron una flor verde grandes con hojas.
"Esta planta es especial. Representa la frustración. A veces nos sentimos frustrados porque las cosas no salen como queremos. ¿Te ha pasado esto?"
"Sí, a veces no puedo encontrar mis juguetes y eso me hace enojar..." dijo Luna, con una pequeña lágrima en los ojos.
"Entiendo. Pero cuando esto suceda, respira hondo y cuenta hasta cinco. Eso te ayudará a calmarte. ¿Te gustaría intentarlo?"
- “Está bien, voy a intentar contar. Uno... dos... tres… cuatro... cinco…"
Al contar, Luna sintió que sus emociones se calmaban. Pronto, llegó a una flor de todos los colores.
"¡Mira! Esta flor es una mezcla de todos los sentimientos. A veces, sentimos muchas cosas a la vez, y eso está bien. ¿Cómo te gustaría llamar a esta flor?" preguntó Cora.
"¡La flor de Luna!" gritó feliz.
"¡Es perfecta!" dijo Cora. "Recuerda, está bien sentir todas las emociones; cada una tiene su razón de ser. Lo importante es aprender a expresarlas."
Cuando el sol comenzó a esconderse, Luna sintió que había aprendido algo valioso. Agradeció a Cora por la aventura y prometió volver al Jardín de Sentimientos.
"¡Gracias, Cora! Ahora sé que puedo hablar de mis sentimientos y eso me hará sentir mejor."
"Siempre estaré aquí para ayudarte, Luna. Cada emoción cuenta una historia y tú tienes una bella historia que contar."
Decidida, Luna salió del jardín con una sonrisa en el rostro. Sabía que, aunque a veces las emociones parezcan arrolladoras, hoy había aprendido a entenderlas un poco mejor. Y en su corazón, las flores de sus sentimientos comenzaron a florecer.
FIN.