El Jardín de Sueños
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Sonrisas, una niña muy especial llamada Lila. Era una niña curiosa y llena de amor por aprender. Cada mañana salía de su casa con su mochila, lista para descubrir nuevas cosas en la escuela.
Una mañana, mientras Lila se dirigía al colegio, se encontró con su amiga Clara, que estaba muy preocupada.
"¿Qué te pasa, Clara?"- preguntó Lila, notando su expresión triste.
"No sé cómo voy a sacar una buena nota en el examen de matemáticas. Ayer no entendí nada en clase"- respondió Clara.
Lila sonrió y le dijo:
"No te preocupes, yo puedo ayudarte a estudiar. Vamos a casa y te explico todo lo que quieras"-.
Clara se sintió aliviada y juntas, se fueron a la casa de Lila. Allí, sentadas en la sala, rodeadas de libros y hojas de papel, comenzaron a estudiar. Lila tenía una forma especial de explicar las cosas.
"Mirá, las matemáticas son como un rompecabezas. Solo hay que juntar las piezas que encajan"- decía Lila mientras dibujaba formas en la hoja. Clara, poco a poco, comenzó a entender los conceptos.
"¡Qué bien! Ahora entiendo mucho mejor. Eres como una profesora"- exclamó Clara.
Ese día, Clara salió de casa de Lila con una gran sonrisa. La amistad y el amor por ayudar a los demás crearon un lazo aún más fuerte entre ellas. Sin embargo, hubo algo más que sucedió en la escuela.
La maestra de Lila, la Señorita Ana, anunció un concurso de ciencias. El ganador recibiría un reconocimiento especial. Lila se emocionó mucho y decidió participar.
"Voy a hacer un proyecto sobre el ciclo del agua"- le dijo a Clara. "¿Te gustaría ayudarme?"-
Clara, encantada, aceptó de inmediato. Juntas, pasaron días investigando, experimentando y trabajando en su presentación. Sin embargo, cuando llegó el día del concurso, Clara se sentía muy nerviosa.
"No creo que podamos ganar, hay muchos chicos muy talentosos"- le confesó a Lila.
"No importa si ganamos o no, lo más importante es que aprendimos y nos divertimos en el proceso"- dijo Lila con una sonrisa.
El concurso comenzó y los chicos presentaban sus proyectos uno a uno. Cuando llegó el turno de Lila y Clara, se sintieron un poco nerviosas, pero lo dejaron de lado y comenzaron a exponer con pasión.
"El ciclo del agua es algo mágico. Todo comienza con el sol que calienta el agua de ríos y mares. Luego, el agua se evapora, forma nubes y finalmente vuelve a la tierra como lluvia"- explicaban entusiasmadas, mostrando sus dibujos y diagramas.
Al finalizar, la sala estalló en aplausos. Las dos chicas se miraron, sorprendidas por la reacción. Después de que todos presentaron, el jurado deliberó durante unos minutos. Finalmente, anunciaron a los ganadores.
"¡Y el primer premio es para Lila y Clara con su proyecto sobre el ciclo del agua!"- exclamó el jurado.
Las chicas no podían creerlo. Saltaron de alegría y abrazaron a su profesora y a sus compañeros, agradecidas por el apoyo.
"Sabía que podíamos hacerlo"- dijo Clara, con lágrimas de felicidad.
"Espera, esto no es solo nuestro. Es una victoria de todos, porque juntos aprendimos y crecimos"- respondió Lila, recordando todos los momentos que compartieron.
Esa misma tarde, Lila y Clara decidieron usar su premio para ayudar a otros. Comenzaron a organizar talleres de ciencias en la escuela, donde todos los niños pudieran aprender y divertirse juntos. Cuando informaron a la maestra Ana, ella se sintió muy orgullosa de sus alumnas.
"¡Bravo chicas! Ustedes han demostrado que el amor por el estudio y la amistad pueden hacer cosas maravillosas"- les dijo la maestra, sonriendo.
Y así, Lila y Clara no solo aprendieron sobre el ciclo del agua, sino que también aprendieron que ayudar a otros y compartir el conocimiento es el verdadero premio. Y desde ese día, el jardín de sueños de Lila floreció en la escuela, donde cada año nuevos niños y niñas se unían a sus talleres, llenos de ganas de aprender y compartir.
Y colorín colorado, el amor por el estudio nunca se había ido, siempre regresaba con nuevos amigos en la escuela de Sonrisas.
FIN.