El jardín de Tito



Había una vez un pequeño gatito llamado Tito, que vivía en una casa con su familia humana. Tito era muy juguetón y siempre estaba corriendo de un lado a otro, saltando sobre los muebles y persiguiendo pelotas.

Un día, la mamá humana de Tito lo llevó al veterinario para ponerle sus vacunas y desparasitarlo. Pero por un error del veterinario, le pusieron los parasitarios antes que las vacunas.

Tito comenzó a sentirse mal, tenía fiebre y no quería jugar ni comer. Su familia se preocupó mucho por él y lo llevaron de vuelta al veterinario. "¿Qué le pasa a mi gatito?", preguntó la mamá humana angustiada.

"Parece ser que tuvimos un error en el orden de las medicinas", respondió el veterinario con tristeza en su voz. "Le pondremos el tratamiento adecuado para eliminar los parasitarios". Los días pasaron y poco a poco Tito comenzó a mejorar.

Volvió a jugar con sus juguetes favoritos y recuperó su apetito. Pero algo había cambiado en él, ya no era tan travieso como antes.

Un día mientras paseaban juntos por el jardín, la mamá humana notó que Tito estaba observando detenidamente unos pajaritos que habían hecho su nido cerca de la ventana. "Mira mami", dijo Tito emocionado señalando hacia ellos. "¡Son tan lindos!"La mamá humana sonrió al ver la nueva curiosidad de Tito por los animales del jardín.

Desde ese momento, cada vez que salían a pasear, Tito prestaba atención a los pájaros, las mariposas y las flores. "Tito, ¿te gustaría ayudarme a sembrar unas plantas?", preguntó la mamá humana una tarde. "¡Sí mami! ¡Me encantaría!", respondió Tito emocionado.

Y así fue como Tito descubrió su amor por la jardinería. Ayudaba a su mamá humana con entusiasmo en todas las tareas del jardín, desde sembrar nuevas plantas hasta regarlas y cuidarlas.

La familia humana de Tito notó que su personalidad había cambiado para mejor. Ya no era solo un gato juguetón, sino también un compañero fiel y cariñoso que disfrutaba de la naturaleza.

Desde entonces, cada vez que veían un pajarito o una flor bonita en el jardín, recordaban cómo el error de los parasitarios había llevado a Tito por un camino inesperado pero lleno de aprendizajes valiosos.

FIN.

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