El jardín de Valentina
Había una vez una niña llamada Valentina, a quien le encantaba pasar su tiempo en el jardín. Cuidaba las flores con tanto amor y dedicación que cada rincón parecía un pequeño paraíso.
Un día, mientras regaba las plantas, un niño se acercó y la regañó por estar desperdiciando agua. Valentina se sintió muy triste y desanimada, pero decidió no rendirse. En lugar de enojarse, buscó la manera de convertir esa experiencia negativa en algo positivo.
Entonces, decidió compartir su amor por la jardinería con los demás, enseñándoles la importancia del cuidado de las plantas y el respeto por el medio ambiente.
Con paciencia y amabilidad, logró inspirar a otros niños a cuidar el jardín y, juntos, lo convirtieron en un lugar aún más hermoso. Valentina aprendió que, a pesar de los obstáculos, siempre es posible encontrar una manera de brillar y hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.