El jardín del agua y la amistad


En un hermoso jardín de niños llamado "Rayito de Sol", vivían muchos animalitos felices y juguetones. Había conejos, pajaritos, mariposas y hasta una familia de erizos que se divertían correteando por el pasto verde y las flores coloridas.

Pero un día, algo extraño comenzó a suceder en el jardín: ¡el agua empezó a escasear! Las plantas estaban marchitándose, los charcos se secaban y los animalitos tenían sed.

La directora del jardín, la Señorita Rosa, les explicó a todos que debían cuidar el agua porque era un recurso muy valioso y escaso. "Chicos, tenemos que buscar soluciones para ahorrar agua. ¿Alguien tiene alguna idea?" -preguntó la Señorita Rosa.

El conejito Benjamín levantó la patita emocionado: "¡Yo sé qué podemos hacer! Podemos reagarrar el agua de lluvia en baldes para regar las plantas". Todos aplaudieron la idea de Benjamín y se pusieron manos a la obra.

Los pajaritos volaban con sus picos llenos de semillas para sembrar nuevos árboles, las mariposas llevaban gotitas de rocío en sus alas para hidratar las flores y los erizos cavaban pequeños surcos en la tierra para distribuir el agua con cuidado.

Poco a poco, gracias al esfuerzo conjunto de todos los animalitos, el jardín volvió a cobrar vida. Las plantas reverdecieron, los charcos se llenaron nuevamente y los niños podían beber agua fresca cuando tenían sed.

Un día, mientras observaban cómo crecían las nuevas plantitas regadas con tanto amor, llegó un visitante inesperado al jardín: era una tortuga sabia llamada Donatella. Ella les dijo:"Queridos amigos, han demostrado ser muy valientes y solidarios al trabajar juntos para superar la falta de agua.

Recuerden que debemos cuidar nuestro planeta como si fuera nuestro hogar más preciado". Los niños asintieron con alegría y prometieron seguir siendo buenos guardianes del jardín y del medio ambiente.

Desde ese día en adelante, cada mañana regaban las plantas con cariño, recolectaban el agua de lluvia en grandes toneles e incluso construyeron un pequeño estanque para que todos los animales pudieran disfrutar del líquido vital sin desperdiciarlo.

Así fue como el jardín "Rayito de Sol" se convirtió en un ejemplo de sostenibilidad y trabajo en equipo para todos los demás lugares cercanos. Y cada vez que veían una nube gris acercarse en el cielo, celebraban felices porque sabían que pronto llegaría más agua para seguir cuidando su querido hogar.

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