El jardín del balcón
Había una vez una joven arquitecta llamada Piscuina, quien vivía en un pequeño departamento en la ciudad. A pesar de tener poco espacio, ella había convertido su balcón en un hermoso jardín lleno de plantas y flores.
Un día, mientras regaba sus plantas, Piscuina notó que una flor estaba triste y marchita. Se acercó a ella y le preguntó qué le sucedía. La flor respondió: "Necesito más luz solar y agua para crecer fuerte y hermosa".
Piscuina se sintió triste por la flor y decidió hacer algo al respecto. Comenzó a investigar sobre diferentes técnicas de jardinería y aprendió todo lo que pudo sobre cómo cuidar mejor sus plantas.
Con el tiempo, las plantas de Piscuina comenzaron a crecer más fuertes y saludables que nunca antes. Incluso la flor triste comenzó a recuperarse gracias a los cuidados especiales que recibió.
Un día, cuando Piscuina estaba admirando su jardín desde el balcón, escuchó una voz detrás de ella. Era un grupo de niños curiosos que habían estado observando su jardín desde hace algún tiempo.
Los niños se presentaron como los amigos del vecindario y le preguntaron si podían aprender más sobre cómo cultivar plantas como ella lo hacía. Piscuina sonrió ante la idea e invitó a los niños a unirse a ella en su próxima sesión de jardinería. Así comenzó una nueva aventura para Piscuina con sus nuevos amigos del vecindario.
Cada semana compartían secretos de jardinería y aprendían juntos sobre cómo cuidar mejor las plantas. Con el tiempo, el pequeño balcón de Piscuina se convirtió en un oasis verde que inspiró a muchos otros vecinos del edificio a comenzar sus propios jardines.
Incluso la flor triste que había sido salvada por Piscuina ahora era una hermosa flor llena de vida y color.
La historia de Piscuina enseña a los niños la importancia de cuidar nuestro medio ambiente y cómo podemos hacer una diferencia incluso con pequeñas acciones. Además, muestra la importancia de compartir nuestros conocimientos y habilidades para ayudar a otros a aprender cosas nuevas.
FIN.