El jardín del monstruo



Había una vez un monstruo que vivía en un campo lleno de pasto alto. Era un monstruo muy particular, ya que a diferencia de otros monstruos, no le gustaba comer carne ni asustar a las personas.

El mostruo del pasto prefería comer frutas y verduras, y su pasatiempo favorito era cuidar el jardín de su casa. Un día, mientras buscaba frutas para comer, el mostruo se encontró con una manzana muy especial.

Tenía un color rojo intenso y brillante, y parecía estar pidiendo ser recolectada. Sin embargo, estaba fuera del alcance del mostruo, quien no sabía cómo alcanzarla. "Qué hermosa manzana", dijo el mostruo mientras la observaba desde abajo.

En ese momento escuchó una voz proveniente de detrás de él:"¿Necesitas ayuda para alcanzar esa manzana?"El mostruo se dio vuelta y vio a una pequeña hormiga caminando hacia él. "Sí por favor", respondió el mostruo con entusiasmo.

La hormiga subió por la rama del árbol hasta llegar a la manzana. Luego la tomó con sus mandíbulas y bajó lentamente hasta donde estaba el monstruo. "¡Gracias! Eres muy amable", dijo el monstruo mientras recibía la manzana.

Desde ese día en adelante, el mostruo comenzó a hacer amigos con los animales del campo. Aprendió mucho sobre cómo cuidar las plantas y los árboles gracias al consejo de un búho sabio llamado Hooty.

También aprendió sobre las diferentes frutas que crecían en el campo y cómo prepararlas para hacer deliciosos jugos. Un día, mientras caminaba por el campo, el mostruo se encontró con un grupo de conejos tristes.

Habían perdido su hogar debido a la tala de árboles y no sabían dónde vivir ahora. "¿Podemos quedarnos contigo?", preguntaron los conejos. El monstruo pensó en lo que había aprendido sobre cuidar el jardín y decidió ayudar a los conejos a construir una nueva madriguera.

Juntos trabajaron duro para crear un espacio seguro y cómodo para ellos. Desde ese día en adelante, el mostruo del pasto se convirtió en un líder amado por todos los animales del campo.

Su amor por las frutas y su pasión por cuidar la naturaleza inspiraron a otros monstruos y animales a seguir su ejemplo. Y así fue como el mostruo del pasto descubrió que ser diferente no era algo malo, sino algo especial que podía compartir con los demás.

FIN.

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