El jardín encantado de la familia especial



Había una vez una familia muy especial formada por mamá, papá y su pequeño hijo Lucas. Vivían en una casita acogedora en el campo, rodeados de árboles frutales y animales simpáticos.

Un día soleado, mamá propuso hacer un picnic en el jardín. Todos estaban entusiasmados con la idea y se pusieron manos a la obra preparando sándwiches, jugos naturales y frutas frescas para llevar. Lucas estaba especialmente emocionado porque le encantaba explorar al aire libre.

Al llegar al jardín, encontraron un lugar bajo la sombra de un gran árbol y extendieron una manta para sentarse. Mientras disfrutaban de la comida, escucharon un ruido proveniente del arbusto cercano. Lucas se levantó curioso y fue a investigar.

- ¿Qué será ese ruido? -preguntó Lucas emocionado. De repente, salió corriendo un conejito asustado que se había escondido allí. Lucas lo siguió con cuidado hasta que logró atraparlo entre sus brazos.

- ¡Miren lo que encontré! Un conejito adorable -exclamó Lucas mostrando su hallazgo a mamá y papá. Decidieron llamarlo Pompón y lo adoptaron como mascota de la familia.

Desde ese día, Pompón se convirtió en el compañero inseparable de Lucas, quien aprendió a cuidarlo y quererlo como a un hermanito más. Con el paso del tiempo, la familia creció aún más cuando adoptaron a un perrito callejero al que llamaron Rocky.

Ahora tenían no solo a Pompón sino también a Rocky correteando por el jardín junto a ellos. Una tarde, mientras jugaban todos juntos en el jardín, sintieron unas gotas de lluvia caer sobre sus cabezas. Papá propuso refugiarse bajo el gran árbol donde habían hecho tantos picnics felices antes.

Allí se abrazaron fuerte para protegerse de la lluvia mientras reían y contaban historias divertidas. La lluvia pasó pronto pero dejó tras de sí un arcoíris brillante en el cielo. Todos miraron maravillados aquel espectáculo natural tan hermoso.

- Es como si fuera una señal de que nuestra familia está llena de colores maravillosos -dijo mamá con cariño. Lucas sonrió feliz al escuchar esas palabras y abrazó tanto a su mamá como a su papá con fuerza.

Desde ese día, cada vez que veían un arcoíris recordaban lo importante que era estar juntos como familia, apoyándose unos a otros en los momentos felices pero también en los difíciles.

Y así siguieron viviendo aventuras inolvidables junto a sus queridas mascotas Pompón y Rocky, siendo siempre una familia unida y feliz.

FIN.

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