El Jardín Encantado de los Insectos



Había una vez un colegio en preescolar llamado "El Jardín de los Pequeñines", donde se encontraba una hermosa huerta cuidada por Tino, un amable abuelo.

Tino era un hombre sabio y amoroso que disfrutaba enseñándoles a los niños sobre la importancia de cultivar sus propios alimentos y el papel fundamental que desempeñaban los insectos en ese proceso. Un día soleado, mientras los pequeños jugaban en el patio del colegio, Tino decidió contarles una historia especial sobre su querida huerta.

Los niños se reunieron alrededor de él, ansiosos por escuchar. "¡Niños! Hoy les contaré la historia de cómo mi huerta se convirtió en un lugar mágico gracias a nuestros amigos los insectos", dijo emocionado Tino.

Los ojos de los niños brillaron con curiosidad e interés mientras se acomodaban para escuchar atentamente. "Hace muchos años, cuando comencé a cuidar esta huerta, me di cuenta de que necesitábamos ayuda para mantenerla sana y fuerte.

Fue entonces cuando descubrí el increíble trabajo que realizan los insectos", continuó Tino. Los niños miraban expectantes mientras Tino levantaba un pequeño frasco lleno de mariquitas y lo mostraba con orgullo. "Estas son nuestras amigas las mariquitas.

Ellas nos ayudan a mantener alejados a esos molestos pulgones que pueden dañar nuestras plantas. Las mariquitas son nuestras guardianas del jardín", explicó Tino entusiasmado. Los niños observaron maravillados cómo las mariquitas se movían dentro del frasco, como si quisieran unirse a la conversación.

"Pero eso no es todo. También tenemos a nuestras abejas trabajadoras", dijo Tino mientras mostraba una colmena de abejas en miniatura.

Los niños se asombraron al ver cómo las abejas volaban frenéticamente de flor en flor, recolectando néctar y polen para producir miel. "Las abejas son nuestras incansables polinizadoras. Sin ellas, muchas de nuestras plantas no podrían dar frutos ni florecer tan hermosamente", explicó Tino con admiración.

Los niños comenzaron a hacer preguntas entusiasmados por aprender más sobre los insectos y su importancia en la huerta. Tino respondió pacientemente cada una de sus dudas y compartió historias emocionantes sobre otros insectos beneficiosos que habitaban la huerta.

Días después, mientras los niños ayudaban a Tino a sembrar nuevas semillas en la huerta, ocurrió algo inesperado. Un grupo de pulgones invadió las plantas recién sembradas, amenazando con arruinar todo el trabajo realizado. "¡Oh no! Tenemos un problema, niños. Los pulgones están atacando nuestras plantas", exclamó preocupado Tino.

Los pequeños miraron con tristeza las plantitas dañadas y pensaron rápidamente cómo podrían resolver el problema sin dañar el equilibrio natural del jardín. De repente, recordaron lo que habían aprendido sobre los insectos beneficiosos y tuvieron una idea brillante.

Corrieron hacia la casita donde vivían las mariquitas y pidieron su ayuda. "¡Amigas mariquitas, necesitamos su ayuda! Los pulgones están dañando nuestras plantitas. ¿Podrían venir a protegerlas?", suplicaron los niños.

Y así fue como las mariquitas volaron en masa hacia la huerta y se instalaron sobre las plantas afectadas. En cuestión de horas, los pulgones desaparecieron, gracias al apetito voraz de las mariquitas. Los niños celebraron emocionados mientras Tino los abrazaba con alegría.

"¡Lo lograron, pequeños héroes! Gracias a ustedes y nuestros amigos insectos, nuestra huerta está sana y salva", exclamó Tino emocionado. Desde ese día, los niños del Jardín de los Pequeñines aprendieron a valorar la importancia de cada ser vivo en el ecosistema de la huerta.

Cuidaban con amor sus plantas y respetaban a todos los insectos que habitaban en ella.

Y Tino continuó enseñándoles sobre la magia y el poder de la naturaleza, recordándoles siempre que todos somos parte importante de este hermoso planeta llamado Tierra.

FIN.

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