El jardín encantado de Martina y Benjamín



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Saluditos, donde todos los habitantes eran muy felices y saludables gracias a la alimentación balanceada que llevaban.

En este lugar vivían dos amigos inseparables: Martina, una niña curiosa y amante de las aventuras, y Benjamín, un niño travieso pero con un gran corazón. Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo, Martina y Benjamín se encontraron con la hada Nutriente, quien les regaló una bolsita llena de semillas mágicas.

La hada les dijo: "Estas semillas son especiales, si las plantan y cuidan bien lo que crezca de ellas les dará la energía necesaria para todas sus travesuras".

Emocionados por el regalo, Martina y Benjamín corrieron hacia su casa para plantar las semillas en el jardín. Con paciencia y dedicación regaron las plantitas todos los días hasta que finalmente empezaron a crecer frutas y verduras de colores brillantes y deliciosos aromas.

Una noche, mientras dormían plácidamente, un duende malvado llamado Fast Food apareció en el jardín e intentó robar todas las frutas y verduras para llevarlas al Reino de la Comida Chatarra. Pero las plantas mágicas emitieron una luz brillante que despertó a Martina y Benjamín.

"¡Rápido Benja! ¡Debemos detener a Fast Food antes de que se lleve nuestras preciadas frutas!" exclamó Martina. Los dos amigos persiguieron al duende malvado por todo el jardín hasta alcanzarlo justo en la entrada del Reino de la Comida Chatarra.

Allí se encontraron con gigantescas hamburguesas bailando salsa, papas fritas jugando al escondite y gaseosas burbujeantes cantando canciones pegajosas. "¡No permitiremos que te lleves nuestras frutas! Son nuestra fuente de energía para ser fuertes y sanos", gritó Benjamín valientemente.

Fast Food intentó persuadirlos ofreciéndoles golosinas tentadoras, pero Martina recordó lo importante que era mantenerse saludable para poder seguir disfrutando de sus aventuras junto a su amigo.

Finalmente, con astucia e ingenio lograron recuperar todas las frutas del jardín mágico y devolverlas a su lugar seguro. La hada Nutriente apareció para felicitarlos por su valentía y determinación. "Gracias por proteger lo más valioso que tienen: su salud.

Nunca olviden que una alimentación sana es fundamental para vivir plenamente", dijo la hada antes de desaparecer entre destellos brillantes. Desde ese día en adelante, Martina y Benjamín siguieron cuidando su jardín mágico con amor y dedicación, compartiendo con todos en el pueblo la importancia de una alimentación saludable.

Y así vivieron felices para siempre en Saluditos, donde cada bocado era sinónimo de alegría y vitalidad.

FIN.

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